| Las peatonales no pierden su atractivo pese a la crisis. |
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Una Intendencia calamitosa, un gobierno provincial al que se le acabó la plata, la debacle de la industria automotriz y el arrastre de la crisis nacional están lastimando a los habitantes de la ciudad de Córdoba, que aparecen por estos días desconcertados y apenados como nunca. La consagrada segunda ciudad del país (tras el censo que actualizó los habitantes de todas), la de los shoppings estilo Buenos Aires, los hoteles cinco estrellas y una Circunvalación que es un billar comparada con la de Rosario (y además sin villas alrededor) muestra zozobra y protestas cotidianas en las calles. Esas obras, más unos contados emprendimientos privados, es lo poco que Rosario podría envidiarle en el paisaje urbano, en lo que se ve. Pero hay otros indicadores (ocultos) contundentes de la amplia ventaja que la ciudad mediterránea impuso en la última década: el nivel de ingresos es superior, lo mismo sucede con los recursos humanos (estudios y preparación) y también, como dato confirmatorio, la tasa de crecimiento... |