El ministro de Economía, Domingo Cavallo, analizará hoy con el presidente Fernando de la Rúa los términos del ajuste que exige el Fondo Monetario Internacional (FMI) como condición para dar apoyo político y financiero al tramo internacional de la reestructuración de deuda. El ministro emprendió anoche el retorno a Buenos Aires luego de alcanzar en Washington "un acuerdo técnico" con los funcionarios del organismo internacional sobre la magnitud del recorte a aplicar en el año 2002. La coparticipación y los salarios del sector público figuran en la agenda, lo cual complica las posibilidades de lograr un acuerdo político con la oposición en torno de un "programa fiscal sustentable", tal como exige el Fondo.
El Ejecutivo obtuvo ayer una pequeña batalla al lograr que los gobernadores nucleados en el Frente Federal se expidieran a favor de una concertación política, aunque condicionada a que no se toquen los recursos federales. El escenario no es el mejor. En Argentina ya se discute abiertamente sobre la salida de la convertibilidad y, en términos políticos, la interna del peronismo también juega. El ex presidente Carlos Menem anticipó que participará del diálogo político convocado por Fernando de la Rúa pero al mismo tiempo disparó contra Cavallo al asegurar que un acuerdo nacional podría derivar en la salida del ministro de Economía.
En la Casa Rosada se aguardaba anoche con expectativa el regreso del ministro para analizar las negociaciones con el FMI. El ministro se reunirá hoy con De la Rúa en Olivos, junto al jefe de Gabinete, Chrystian Colombo, para darle un detallado informe de su visita relámpago a Washington e iniciar de inmediato una rueda de contacto con los gobernadores.
Hora de decisiones
Desde la capital estadounidense, Cavallo anticipó que tras dos días de intensas reuniones en las que "se avanzó muchísimo", logró cerrar "un acuerdo total sobre las cifras con los técnicos del FMI".
"Ahora tenemos que tomar decisiones en la Argentina, esa es la razón por la cual estoy regresando a Buenos Aires", dijo. Las cifras a las que aludió el ministro tienen que ver con el cierre fiscal de este año y los recortes presupuestarios para el año 2002. Aunque reservó los detalles para el presidente, trascendieron algunos borradores de medidas coyunturales como el aumento del impuesto a los combustibles y la postergación del pago de los aguinaldos a los empleados públicos.
En lo estructural, el mismo jefe de Hacienda adelantó los principales ejes: "Tenemos que mostrar que hay apoyo político para el presupuesto del año que viene y la ley de coparticipación".
Cavallo evitó confirmar si este difícil consenso era la llave para el desembolso inmediato de los 1.200 millones de dólares que el gobierno necesita para evitar el default. Tras admitir que las negociaciones con el organismo todavía están en proceso, aventuró que la concertación en los términos que exige el Fondo es la llave para obtener apoyo en la reestructuración de la deuda.
"Mostrar que hay apoyo político es necesario para convencer a la comunidad financiera internacional de que tenemos un programa financiero sustentable, luego conversaremos con ellos y nos darán una respuesta positiva", señaló.
Antes de reunirse con los funcionarios del FMI, el ministro desayunó con el director gerente del Instituto de Finanzas Internacionales, Charles Dallara, una entidad financiada por los principales bancos internacionales.
Cavallo dejó entrever los términos del encuentro que tendrá hoy con el resto del gabinete. "Debemos discutir si somos capaces de tomar las medidas necesarias para recuperar la credibilidad internacional", señaló. Casi un ultimatum, mientras la rosca política seguía a full en Buenos Aires y los sospechosos de siempre le disparaban con munición gruesa. El ex ministro Roque Fernández pidió directamente el alejamiento del jefe de Hacienda, mientras que el ex presidente Carlos Menem señaló tácitamente que la posibilidad de un acuerdo político con De la Rúa incluye la salida del ministro.
El dato no es menor atendiendo que la reunión entre Menem y De la Rúa podría realizarse entre lunes y martes. El jefe de Gabinete, Chrystian Colombo, está en el detalle del encuentro, así como en las negociaciones con los gobernadores.
Colombo se reunió en Puerto Iguazú con los gobernadores del Frente Federal Solidario, que nuclea a las provincias chicas en manos del justicialismo. Allí le expresaron un apoyo condicionado a la concertación que impulsa el gobierno. Una de esas condiciones, y en eso coinciden con buena parte de los mandatarios de las provincias grandes, es que no afecten sus recursos.
Gestiones desesperadas
Desde el gobierno también se iniciaron sin éxito gestiones con distintos dirigentes sindicales para lograr suspender el paro jueves próximo convocado por las dos CGT. Con banqueros y empresarios monitorearon la marcha de la economía tras las medidas de inmovilización parcial de depósitos. Una muestra de la crítica situación fue el pronunciamiento del Grupo Productivo y la CGT en rechazo a la dolarización.
Desde el gobierno, en tanto, ya se está armando una agenda para tratar en la ansiada concertación y, entre los puntos a abordar, se cuentan el presupuesto 2002, la ley de coparticipación federal y la reprogramación de la deuda externa.