Rodolfo Montes
Carlos Corach se enorgullece de haber sido, durante cinco años, el productor de los programas de radio porteños, de haber armando cada mañana la agenda política de los movileros y, en muchos casos, las tapas de los diarios del día siguiente. Con Carlos Menem libre y proyectado hacia el 2003, el ex ministro del Interior vuelve a los primeros planos. En una entrevista exclusiva con La Capital, Corach habla de "dejar atrás los 90, renovarse y generar un nuevo paradigma".
-¿Cómo toma el PJ el llamado a la concertación?
-La concertación ya existe de hecho. Desde el inicio, el gobierno contó con una concertación tácita que le posibilitó aprobar todas las leyes que propuso. Ojalá nosotros hubiésemos contado con una oposición así.
-¿Ustedes estarían en condiciones de cogobernar?
-No hay que confundir: en un país normal, el rol de la oposición es facilitar el tratamiento de las leyes y medidas que el gobierno considere necesarias para superar la crisis. Ahora, si las medidas implementadas no dan los resultados buscados no es culpa nuestra. Si todo se confunde, la democracia se queda sin alternancia y podría estar herida de muerte.
-¿El peronismo podrá mostrarse como una alternativa clara y distinta?
-El peronismo, después de 10 años de gobierno, no ha tenido el tiempo necesario para la constitución de una conducción unánime y reconocida por todos, ni para la necesaria autocrítica que debemos realizar. También necesitamos tiempo para reformular un programa y un modelo para el futuro del país, a partir del 2003, ya que entendemos que el voto popular nos dejará otra vez en situación de gobernar.
-En la década de Menem el PJ apuntó hacia políticas liberales, contrarias a la tradición del partido. ¿La crisis actual habla del fracaso de esa concepción, continuada con matices por el gobierno actual?
-En principio, no me gusta etiquetar las políticas. Y en cuanto al fracaso le digo absolutamente que no: están fracasando los que sucedieron a Menem y destruyeron lo que él había dejado en pie. Si bien la gente votó por un cambio en el 99, fue buscando otro estilo y no por un cambio profundo en las políticas. Menem tenía un estilo de conducción con muchas propuestas, que producía constante tensión en la sociedad, entonces se buscó alguien como De la Rúa que ofrecía todo lo contrario.
-¿El ciclo de Cavallo está agotado?
-No quisiera aportar mayores tensiones en un momento político delicado. Me reservo la opinión.
-Se termina un ciclo de un Senado muy cuestionado y empieza otro. ¿Se siente en parte responsable de ese descrédito?
-Todos los políticos estamos cuestionados. La sociedad percibe que no solucionamos los problemas, es un problema de eficiencia. Cuando los políticos recuperen esa capacidad volverán a ser creíbles. Pero también es necesario que el justicialismo se renueve, incluso en su pensamiento, y que tenga caras nuevas. La década del noventa es parte del pasado y hay que pensar hacia el futuro generando un nuevo paradigma.
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La Ciudad
