Una bandera argentina gigantesca cruzaba la plaza Pringles de punta a punta. La llevaban docentes, gremialistas, estudiantes, jubilados. Todos tenían la misma bronca, la misma impotencia ante los últimos anuncios políticos y económicos. Y ese fue el denominador común de la jornada. Para algunos la de ayer fue la mayor marcha convocada en Rosario contra un gobierno nacional en mucho tiempo. Más de cinco mil personas se juntaron para protestar contra el ajuste en las escuelas y universidades, y cantaron a viva voz que "la educación del pueblo no se vende, se defiende". Al acto final, en plaza San Martín, llegó sorpresivamente el intendente Hermes Binner con integrantes de su gabinete, quienes se juntaron a concejales y autoridades universitarias, con el rector de la UNR, Ricardo Suárez, a la cabeza.
La plaza Pringles se fue poblando de a poco. Llegaron maestras con sus delantales, los alumnos secundarios con su habitual desparpajo, y los universitarios, que comenzaron a marcar presencia con sus cánticos y sus pancartas. La heterogeneidad de los manifestantes se pudo apreciar a simple vista. La gente de Franja Morada de Derecho convivió con los chicos del Superior de Comercio; y éstos marcharon a metros de la Mesa Coordinadora de Jubilados, cuyos integrantes hacían como que les gustaba el repique de tambores del "Murgariazo".
La marcha partió cerca de las 11 desde Presidente Roca y Córdoba, dobló por Paraguay, siguió por esa calle hasta Rioja, llegó hasta Moreno y de ahí la columna fue hasta Santa Fe. Una vez en la plaza San Martín, los manifestantes tomaron verdadera dimensión de cuántos eran. Olga, una docente jubilada de 66 años, aseguró que hacía al menos diez años que la gente no se movilizaba así. "Hay que seguir luchando por uno, por los hijos y por los nietos", afirmó, mientras sostenía la bandera argentina.
Dardos contra Cavallo
El secretario general de Amsafé, José María Tessa, fue el encargado de cerrar el acto en la plaza San Martín, y fue observado atentamente por la primera fila de asistentes, integrada por Binner y sus funcionarios. "Cavallo es el padre de la criatura, porque fue el que instaló la política neoliberal y privatizadora en el menemismo. En este marco, no podemos esperar nada", exclamó.
La comunidad educativa le dijo "no al ajuste, no a la caída de puestos de trabajo, no a las reducciones salariales, no al modelo neoliberal", y abogó por un "sí a la escuela pública, a la estabilidad laboral y al derecho al conocimiento". El comunicado lo firmaban al pie Amsafé, Coad, FUR, Conadu, Apur (no docentes), CTA y CGT disidente.
El acto tuvo ribetes emotivos, sobre todo cuando se cantó el Himno Nacional a capella "como se canta en las escuelas donde no hay pianos ni equipos de música". Y hasta se vieron ojos vidriosos y algunas lágrimas cuando los dirigentes dieron un pantallazo de la crítica situación social.
Quien levantó aplausos y provocó el agitar de banderitas argentinas fue la delegada local del gremio, Stella Michalek. "Tenemos que enojarnos en serio y sacar a patadas del Congreso a quienes nos representan y nos traicionan día a día. De una vez por todas, basta de ajuste al pueblo y globalización", exclamó. "Nosotros no somos los culpables de la miseria, entonces, adelante compañeros, a pelear", exhortó Michalek.
La secretaria general de los docentes universitarios (Coad), Anahí Fernández, justificó aún más los motivos de la convocatoria cuando resaltó que "a partir de la asunción de Cavallo se confirmó que en vez de 2.000 millones de ajuste serán 3.000 millones de pesos, que recaerán sobre los trabajadores, los desocupados y los jubilados".
Entre los disertantes, también expusieron, con la misma tónica, Santiago Asegurado, titular de la Federación Universitaria de Rosario (FUR); el delegado de Apur (no docentes), Eduardo Carrizo; y hasta un dirigente de la central obrera de Milán (Italia), Giorgio Roilo, de visita en Rosario.
Tras el acto, los docentes universitarios se reunieron en una asamblea para decidir cuáles serán los pasos a seguir para el paro de hoy y los días siguientes. Los alumnos secundarios se sentaron en círculo sobre el césped de la plaza para bocetar una agrupación que defienda sus derechos y los de la educación. En otro sector, los universitarios no paraban de hablar de los cambios en el gabinete nacional. "Esta lucha no termina nunca", dijo una docente con gesto de cansancio.