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 domingo, 05 de febrero de 2006  
Como una estrella

Hasta hace algún tiempo la parte norte de Buenos Aires concluía en la Plaza San Martín. De allí a Palermo -el Bois- un largo intervalo despoblado, donde hoy se levanta la ciudad nueva, linda, alegre, suntuosa.

Una doble cadena de construcciones hermosas sin carácter, extiéndese a un lado y a otro, entra al gran paseo, que abrochándose a ella como un inmenso eslabón, la deja prolongarse hasta Belgrano.

El nombre de la plaza-jardín, que separa la más aristocrática de las Avenidas, de la Recoleta -nuestra Necrópolis-, dice bien alto de quién es obra todo este útil, benéfico embellecimiento. "Don Torcuato" no necesitaba ser recordado así a los ciudadanos de su metrópoli; pero los extranjeros y las generaciones venideras, debían saber que Torcuato de Alvear, no fue, en su país, tan sólo un hombre de empuje y de gusto, sino, que quien derribó viejas arquerías, ensanchó calles, abrió avenidas, fundó hospitales, multiplicó plazas, estimuló la edificación, saneó, cambió, rehizo la ciudad, era también un reformador. (...)

-¿Cómo te llamas, mi hijita?

A esta pregunta obligada para todos los niños, ella contestó con su voz musical y su suave despejo:

-Stella, como el barco de mi papá.

"Eres realmente ¡una estrella!" pensaron todos acariciándola.

En las preguntas, las explicaciones, la perturbación que produce siempre el cambio de medio, la iniciación en hábitos distintos, se pasó rápido el día. Alex, cuya sobreexcitación decaía, sintió la necesidad imperiosa de descansar.

Retiróse temprano a su habitación. Su hermanita dormía tranquilamente, la besó tres veces en la frente, como hacía siempre al dormir y al despertar: "por mamá, por papá, por Alex", y se acostó para reposar al fin.

Durante unos momentos pasaron ante sus ojos sombras vagas que se entrecruzaban: amigos de Cristianía, su tío Luis, una de sus primas, la negrita, la Perla... Más vagamente aún y más lejanos, el camino líquido que acababa de recorrer... la nave de su padre encallada allá en las tierras heladas... la figura ruda y bondadosa del capitán del buque que las trajo a América... el dulce rostro sonriente de su madre...

(fragmentos de "Stella")
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