| domingo, 26 de septiembre de 2004 | Producción. Los anuncios para ampliar la capacidad de molienda duplican las proyecciones previas al boom Hasta dónde llegará el big bang aceitero La posibilidad de que Argentina concentre la mayor capacidad de crushing en 2006 presiona el crecimiento de la cosecha de soja. Las compañías pasan en limpio los anuncios y toman posición para traer materia prima de todo el Mercosur Alvaro Torriglia / La Capital Si las inversiones anunciadas oficial y extraoficialmente en los últimos por las principales industrias aceiteras se cumplen, en 2006 el complejo oleaginoso local sumará una capacidad de crushing de 164 mil toneladas diarias, el mayor del mundo. Raúl Padilla, presidente de la Cámara de la Industria Aceitera (Ciara) y también titular de Bunge Argentina, la compañía que hoy lidera el ranking de procesamiento, estima que ya todas la cartas están sobre la mesa. "No creo que por el momento vayamos a escuchar nuevos anuncios", aseguró y deslizó sonriente: "Creo que ha habido anuncios de más, inclusive".
Ese "de más" tiene distintas lecturas. Puede hacer referencia a la pregunta del millón por estos días: cómo responderá la producción sojera en los próximos dos o tres años para abastecer ese incremento de la capacidad de molienda. O a la duda sobre la concreción de todos los proyectos, al menos en los términos anunciados.
"Desde ya incluso hay algunas inversiones que se han dilatado un poco en el tiempo, no se van a hacer como fueron previstas y esto le dará tiempo a la producción para que se acomode", acicatea, en tácita referencia a las demoras que sufrieron emprendimientos como los de Cargill en Villa Gobernador Gálvez y Molinos en San Lorenzo.
El presidente de la principal procesadora de granos del país estuvo en Ramallo el lunes, precisamente para dar detalles de los avances de la obra que están realizando en esa localidad para construir una terminal de embarque de granos, proyecto en el cual desembolsarán cien millones de dólares. Los trabajos, remarcó, están a un 30% y sólo la cantidad de tierra que movieron es "equivalente a 25 mil camiones".
En todo caso, puso especial énfasis en remarcar que se cumplirá el objetivo de "cargar el primer barco en mayo de 2005". Para ese misma época estarán finalizadas las obras de ampliación de la planta industrial de Terminal 6, que Bunge opera junto a Aceitera General Deheza en Puerto San Martín.
Los planes para Ramallo incluyen además la construcción de una planta de molienda en 2006. "Su capacidad se va a decidir en función de la evaluación que se haga sobre la cosecha, las perspectivas y las obras que ya se hayan concretado en el sector", advirtió.
-¿Temen que no se acomode la producción al crecimiento de la capacidad instalada?
-Tradicionalmente el sector crece un poco más rápido, adelantándose a la producción. Ha ocurrido en el pasado en dos o tres ciclos y estamos iniciando otro. Confiamos en que la producción no va a estar demasiado atrás. Pero sin duda que si esto no ocurre vamos a tener un marco de competencia bastante grande.
-En el anterior ciclo hubo momentos en que la competencia derivó en compras y fusiones.
-El marco de competencia se hace a veces muy salvaje y genera algún reacomodamiento. No creo que pase esta vez y espero que no sea el caso. Confiamos en que el crecimiento de la producción no va a estar demasiado atrás. Desde ya incluso hay algunas inversiones que se han dilatado un poco en el tiempo, no se van a hacer como fueron previstas y esto le dará un poco de tiempo a la producción.
Durante el año pasado, previo a la ola de anuncios que se desató en el sector aceitero, un informe de la Fundación Producir Conservando, un think tank reconocido del sector agroindustrial, indicaba que el complejo oleaginoso debía sumar 30 mil toneladas diarias de molienda (seis plantas de 5 mil toneladas) a la capacidad ya existente de 100 mil toneladas, si quería mantener el ritmo actual de procesamiento, frente a la posibilidad cierta de alcanzar una cosecha de 45 millones de toneladas de soja en el año 2011, más de 10 millones más que la producción de las últimas campañas.
Pero los proyectos anunciados por las líderes del complejo suman el doble de esa previsión y no para el fin de la década sino a dos años vista. Si bien la industria se acostumbró a trabajar con un alto grado de capacidad ociosa en los dos o tres años posteriores a cada ciclo de inversión, esta vez el salto parece ser especialmente grande. Ya respecto de la onda de mediados de los 90, la industria recorrió más de cinco años, malísimos precios incluidos, hasta llegar al ajustadísimo margen de 5% de ociosidad con el que cerró el 2003.
Por el lado de la producción primaria, y tomando como una excepción el recorte que provocó la sequía en la cosecha 2003/2004, se prevé que la expansión sojera será constante pero a una tasa más lenta que en los 90. Entre otras cosas porque no es tanta la superficie que le queda a la oleaginosa por colonizar (no mucho más de 1 millón de hectáreas), que ya cubre 14 millones de hectáreas en todo el país. Y menos si lo que viene es un ciclo de precios de moderados a bajos que permitiera equilibrar los resultados con otras producciones. Las otras vías de expansión son los rindes o la importación de soja de los países del Mercosur.
La operación paraguaya "Desde ya está bajando soja de Paraguay y Bolivia y creo que muy probablemente vamos a ver mercadería de Brasil, a pesar de que ese país va a hacer todo lo posible para generar las obras de infraestructura que permitan molerla y exportarla en su territorio", señaló Padilla.
Bunge confía en las ventajas competitivas que ofrece a los socios sudamericanos el transporte de soja por la hidrovía y los menores costos de crushing locales. "Apenas se den las condiciones logísticas y económicas importaremos soja de allí", señaló su titular, al tiempo que aseguró que la compañía está llevando adelante planes para "tener una participación activa en Paraguay" con acopios y puertos para originar mercadería en ese país y bajarla por la hidrovía.
Según un informe de la Dirección de Investigaciones Económicas de la Bolsa de Comercio de Rosario, en 2006 la capacidad de molienda argentina superará a la del resto de los países sojeros, como Estados Unidos y Brasil, en los que a diferencia de Argentina la industria está más dispersa, tiene mayores costos y enfrenta además una demanda interna mucho mayor (son los jugadores más poderosos en el mercado de carnes vacuna, de pollo y cerdo), lo que consolidaría la posición del complejo local como principal exportador de subproductos, dando argumento a favor a la nueva ola de inversiones en el sector. enviar nota por e-mail | | Fotos | | Se sumará una capacidad de crushing de 164 mil toneladas diarias. | | |