| domingo, 26 de septiembre de 2004 | Instantánea Cuando el profesor Jesús Martín Barbero recibió, hace nueve días atrás, el Doctorado Honoris Causa de la Universidad Nacional de Rosario, el Teatro Municipal La Comedia estaba colmado. En el marco del XIFestival Latinoamericano de Video Rosario 2004, estudiantes, docentes, periodistas, realizadores de cine y video, guionistas, publicitarios que proceden de o transitan por la Escuela de Comunicación de la UNR y de otras instituciones llegaron a conocer personalmente a alguien que ya les era familiar, porque casi todos se formaron con sus textos.
Barbero dedicó un agradecimiento a los investigadores argentinos que contribuyeron a su formación. Y al hablar de los mestizajes de la cultura, un tema central de su producción, puso a la narrativa de Jorge Luis Borges como ejemplo de articulación de mundos sociales diversos.
Con un texto de Beatriz Sarlo, que leyó, planteó que al detenerse en el folletín gauchesco o en los arrabales de compadritos y cuchilleros, Borges había visitado los lugares no frecuentados de la literatura culta. Y que de esos contactos con universos tan distintos del suyo devinieron esos textos limítrofes, ajenos, mestizos que refractan un mundo popular lleno de riquezas.
Sin ese trabajo en los bordes de la literatura alta y baja, señalaba Barbero siguiendo a Sarlo, Borges habría sido seguramente un muy buen exponente de las letras eruditas. Pero meterse de cabeza y explorar ese otro espacio, ajeno al suyo, lo convirtió en un escritor original. Borges, dice Barbero, no hizo lo que otros intelectuales que creen atisbar al diablo en la cumbia o el melodrama. No se escandalizó. Exploró. enviar nota por e-mail | | |