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 domingo, 26 de septiembre de 2004

Mantenimiento urbano. Los vecinos demandan soluciones para mejorar la calidad de vida de los barrios
A pocas cuadras del centro sobran veredas rotas, baches y basurales
La falta de escamonda de árboles es otro de los problemas que se repiten de norte a sur de la ciudad

Carina Bazzoni y Laura Vilche / La Capital

Mientras el centro de la ciudad se somete a una frenética maratón de obras para recibir al III Congreso Internacional de la Lengua Española, en los barrios el mantenimiento urbano es todavía una materia pendiente. Veredas rotas, baches, basurales, plazas sucias y falta de iluminación son postales que se multiplican apenas se cruza el límite de los bulevares. Y esto no parece ser el karma de un distrito particular, sino que se repite en forma pareja de norte a sur de la ciudad.

Tanto es así que más de un cuarto de los 1.800 proyectos que los rosarinos llevaron a las tres sesiones móviles que ya realizó el Concejo Municipal se resumen en tres reclamos: mejoramiento de calles y veredas, mantenimiento de árboles y limpieza de basurales.

Las reuniones del Presupuesto Participativo 2005 -donde los vecinos de cada uno de los seis distritos acordaron los proyectos a ejecutar con un presupuesto total de 25 millones de pesos- tampoco arrojaron muchas diferencias: casi 16 millones de pesos (el 60 por ciento) se destinarán a pequeñas obras de mejorado o apertura de calles, veredas y espacios verdes. La proporción cambia visiblemente en el centro, donde la obra pública se lleva sólo el 33% del dinero destinado a este distrito.

Para más de un vecinalista los números hablan a las claras de la postergación que sufren los barrios al momento de recibir recursos para tareas de mantenimiento como bacheo o arreglo de veredas. "Cosas pequeñas, sí, pero que mejoran en mucho nuestra calidad de vida", aseguran.

Sin embargo, para la secretaria General del municipio, Mónica Bifarello, la oposición centro versus barrios es falaz. "Reconozco que en los últimos años Rosario se consolidó sobre el río y hay algunos desequilibrios en la zona oeste hacia donde se extendió la ciudad. Pero no existe una ciudad rica y una pobre, o una cuidada y otra descuidada", sostiene.

Con todo, la funcionaria admite que pasando los bulevares existen carencias que son recurrentes. "Hay tres reclamos que se repiten en los barrios: la falta de pavimentación, la apertura de calles y la escamonda. Este último problema se descuidó a partir de 2001 cuando se recortó el presupuesto, nos estamos poniendo al día, pero la gente exige que el servicio sea aún mejor", explica.


De recorrida
Desde los barrios dicen que el descuido se nota y mucho. Aún en aquellos que están a 10 minutos del centro, cuentan con todos los servicios y una población mayoritariamente de clase media.

Un claro ejemplo es barrio Parque, delimitado por las calles Perón, Lagos, Vera Mújica y Gálvez. Este año, la vecinal realizó un relevamiento y contabilizó 240 tramos de veredas rotas, en un radio de sólo 48 manzanas.

La mayoría de estos pozos los generan las raíces de los plátanos que existen en la zona. "Fueron plantados hace 70 años y son hermosos, pero rompen las veredas y las cañerías de las casas particulares. Causan alergias y una polución desmedida, al punto que a veces pareciera que en este barrio nieva", ironiza el presidente de la vecinal, Daniel Tolosa, a la par que recuerda que ya han presentado al municipio un plan para ir reforestando de a poco el barrio, pero aún no han obtenido respuesta.

Y el problema no es exclusivo de este vecindario pegado al parque Independencia, sino que se repite en el distrito norte: Refinería, Arroyito, Alberdi y la Florida, y también en el sur de la ciudad.

En el barrio Tablada, circunscripto entre San Martín, la barranca, Ayolas y 27 de Febrero, "las raíces de los árboles rompen todo, llegaron a desplazar paneles enteros de hormigón del pavimento", afirma Silvia Gergolet, presidenta de la Asociación Vecinal Rosario Sudeste (Avrose).

En el 2001, la entidad realizó un relevamiento de los ejemplares que necesitaban mantenimiento. "Le dimos a la Municipalidad toda la documentación sobre cuáles árboles había que podar, cuáles extraer y en qué direcciones estaban. Sin embargo todavía los estamos esperando", recuerda la mujer y advierte que "Parques y Paseos es la repartición que menos resuelve las cosas en todo el municipio".

En cambio, en Echesortu oeste la mayor preocupación son los baches que, según los vecinos, florecen y se estancan no sólo en las calles internas, sino también en las principales. "Se toman mucho tiempo para arreglarlos. Y cuando lo hacen van tapando de a uno, de modo que el problema no tiene fin", se queja la presidenta de la vecinal, Hortensia Benassi. Otro tema allí son las bocas de tormenta que suelen taparse y "cada vez que llueve se llenan las veredas de agua".

Lo mismo sucede en Parquefield, sólo que aquí el conflicto se agrava por la falta de servicio de barrido. "A pesar de que pagamos la tasa general de inmuebles (TGI) como todo el mundo no tenemos barrenderos porque no hay cordón cuneta", se queja Jorge Lauricella, presidente de la vecinal.

Las 700 familias que viven en el barrio -que se extiende entre López Buchardo y Circunvalación, hasta Camino de los Granaderos y Baigorria- llevan también mucho tiempo reclamando la doble mano de avenida Baigorria. "Es la única salida que tiene todo aquel que va al noroeste del país -advierte Lauricella-. No les queda otra que pasar por acá y el tránsito se satura continuamente".

Todos estas quejas se hicieron escuchar en las tres sesiones móviles que realizó el Concejo Municipal. Tal es así que uno de cada diez proyectos presentados en el distrito norte se referían a la poda o extracción de árboles, tema que fue casi exclusivo en la reunión de la comisión de Ecología.

En cambio, en el distrito sur el debate se abrió por el mantenimiento de calles y veredas, reclamo que se coló en el 16 por ciento de los casi 300 expedientes que se abrieron durante esa sesión. Y lo mismo pasó en el distrito oeste, sólo que aquí el mal estado de las calles estuvo presente en 2 de cada 10 iniciativas.

Otro problema cada vez más frecuente en los barrios son los predios que quedan abandonados y terminan convirtiéndose en tierra de nadie. Para encontrarlos, tampoco hay que alejarse demasiado del área central. En el barrio de la Terminal de Omnibus -Cafferata, Lima, Santa Fe y Salta- el espacio que queda debajo del viaducto Avellaneda es un claro ejemplo. "En un momento se construyó allí un teatro barrial, pero ahora no tiene actividad y se transformó en un basural, un escondite de vagabundos que hacen allí todas sus necesidades", afirma el presidente de la Biblioteca Popular y Asociación Vecinal Nicolás Avellaneda, Rubén Gárgano.

Los basurales también son un dolor de cabeza para los vecinos de Las Malvinas (desde Cruce Alberdi, hasta la avenida de Las Tres Vías, el río y avenida Alberdi). "Aquí hay basurales crónicos, uno de los más problemáticos está nada menos que frente a la escuela Boneo, en calle Beato Luis Orione", remarca el presidente de la vecinal, Darío Yuni, quien aprovecha para resaltar otro drama del barrio: la contaminación que ocasionan las cerealeras que, a pesar de las múltiples clausuras municipales, siguen operando en la zona.

Fisherton, uno de los barrios más elegantes de Rosario, tampoco se salva de los basurales clandestinos. "Algunos los forman los propios vecinos, pero en otros casos hay camiones que directamente depositan allí la basura", se queja Claudia Moya, presidenta de la vecinal Fisherton R, que comprende el sector delimitado por el Arroyo Ludueña al oeste, Azcuénaga al norte, Acevedo y Maradona al este y Lola Membribes al sur.

Lugares abandonados, basurales, calles con baches, veredas rotas y poco iluminadas. "Pasa en todos los barrios", resume Gárgano y rápidamente acota que "a lo mejor son problemas pequeños, pero solucionarlos traería mejor calidad de vida a los vecinos. Sin lugar a dudas".

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Las raíces de un árbol arruinaron la vereda de Ocampo y San Martín.

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