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 domingo, 19 de febrero de 2006  
Primera Persona: Silvia Augsburguer
"Hablar sobre el aborto es discutir sobre la libertad de la mujer"
La diputada socialista por Santa Fe dice que impulsará el debate sobre la despenalización en el Congreso Nacional

Rodolfo Montes / La Capital

Silvia Augsburger resolvió bien el primer problema de todo diputado nuevo, más aún si proviene de un bloque chico: conseguir una oficina decorosa donde trabajar. Su buena relación con María Elena Barbagelata, diputada socialista saliente (ver aparte), ocupante anterior de su despacho, le permitió ubicarse en uno no demasiado caluroso y con vista a la cúpula del histórico edificio del Congreso de la Nación. Todo un privilegio para un recién llegado. De su antecesora tomará, además, algunos de los proyectos elaborados en la cocina socialista, como la ley de educación sexual integral, que hoy duerme el sueño de los justos en los cajones de los bloques mayoritarios.

Cuando estudiante, Augsburger formó parte -en la Facultad de Bioquímica de Rosario- de un núcleo decisivo en el Partido Socialista Popular, desde la dictadura militar hacia la democracia. La universidad, y especialmente Bioquímica, fue el lugar donde empezó todo, la primera molécula de rosa roja en el mar, que creció, hizo masa crítica y se convirtió en el exitoso socialismo rosarino que tomó relevancia nacional y aspira a la gobernación provincial en 2007.

Augsburger llegó al Congreso hace dos meses integrando la tercera boleta más votada del país, en valores nominales, la que encabezó Hermes Binner, con 633 mil votos en Santa Fe. Extrapolando distritos, fue sólo superada por dos listas de diputados nacionales: la del Frente para la Victoria -2,8 millones de votos-, y la del Justicialismo -un millón de votos-, respectivamente, ambas de la provincia de Buenos Aires, un distrito con un padrón 4,3 veces mayor que el de Santa Fe.

Alertada por la experiencia de muchos, Augsburger se plantea no rehacer lo que ya otros diputados hicieron. Por eso tratará de concretar un proyecto de ley, que ya cuenta con el dictamen de Comisión, para constituir un Programa Nacional de Prevención y Asistencia a las Víctimas de delitos Sexuales en el ámbito del Ministerio de Salud, en coordinación con los Ministerios de Educación y de Justicia.

Otro proyecto apunta a una ley de educación sexual integral "dirigida al proceso de adquisición y transformación de conocimientos, actitudes y valores respecto de los derechos sexuales y reproductivos que son parte inalienable, indivisible e interdependiente de los derechos humanos fundamentales". Además, se propone "garantizar la enseñanza de contenidos sobre salud sexual y derechos sexuales y reproductivos desde una perspectiva de género" y "promover el desarrollo del pensamiento crítico reflexivo sobre educación".

Augsburger dice que impulsará la discusión sobre la despenalización del aborto. Iniciativas hay muchas, en ambas cámaras y todos corrieron la misma suerte. "La realidad es que los proyectos están, pero nunca se discutió nada. La idea es concretar algo, yo no voy a presentar un proyecto que corra la misma suerte de otros, y diga casi lo mismo", anticipa a Señales, desde su flamante despacho en Diputados.

-Con un problema sanitario tan alarmante, ¿por qué cree que al debate por la despenalización del aborto le sigue faltando volumen en la sociedad y más aún en el Congreso?

-Mi sensación es que el tema está en los medios pero no en las cámaras. En el Gobierno Nacional existen sectores a los que seguramente les interesa, aunque más no sea una modificación parcial del código, como la despenalización en el caso de violación, una situación absolutamente insostenible. En lo personal, estaría dispuesta a apoyar avances parciales, porque la experiencia mundial prueba que los avances fueron parciales hasta llegar a una despenalización plena, que permita a la mujer interrumpir el embarazo hasta determinada cantidad de semanas.

-¿Por qué la discusión por la sexualidad y el aborto resulta tan complicada en la Argentina?

-Porque se discute el poder en el manejo del cuerpo de las mujeres. En la provincia de Santa Fe, por ejemplo, la ley del ejercicio profesional de la medicina -dictada en 1950, y aún vigente- dice que "el médico debe revisar a la pacienta en presencia de una tercera persona" o que "el médico no debe realizar visitas domiciliarias a una pacienta durante horarios nocturnos, salvo situaciones extremas". La discusión por la sexualidad en general y por la despenalización del aborto en particular, remite a una cuestión cultural tan fuerte que deja de lado cualquier debate sanitario, que es, en definitiva, lo que cuenta.

-La discusión suele tener un plano sanitario, pero se deriva a planos filosóficos y teológicos.

-Que hoy en la Argentina se muera una mujer por día, por causas de abortos realizados en condiciones clandestinas e insalubres, se vuelve una discusión insostenible en una mesa de médicos o sanitaristas. La discusión por la posibilidad del aborto, resulta, al cabo, un debate sobre la libertad de la mujer para decidir una vida reproductiva o incluso interrumpir un embarazo si así lo determinara.

-¿Cómo juegan los prejuicios y el machismo?

-El machismo no tiene que ver con el varón, el machismo atraviesa a los géneros por igual, es una cuestión de toda la sociedad. En el caso de las mujeres que tenemos alguna tarea en el Estado pareciera que contamos con algunos permisos más que los varones, en una misma situación. Siguen dominando los prejuicios y por eso algunos varones plantean: "¿Te parece que yo me vaya a meter en esto?"

-La cuestión de la despenalización del aborto, impulsada por Rubén Giustiniani -presidente del PS- en el Senado, fue motivo en 2003 de una sonara reacción contraria de la jefa del ARI, Elisa Carrió. ¿Habrá otro enojo de Lilita por el tema?

-No lo creo, es otro momento. En aquella oportunidad, y es mi opinión personal, Carrió tomó el asunto como una excusa. Ella estaba en una construcción distinta y entonces encontró un motivo para romper con el socialismo. Hacia el 2007 Carrió tendrá pocas chances de ganar en su distrito -Capital Federal-, y nuestro candidato, Hermes Binner, tendrá una alta probabilidad de ganar su distrito -Santa Fe. Está por verse, pero la correlación de fuerzas se modificó. Por lo demás, la posición por la despenalización del aborto que sustenta el PS es plenamente compartida por varios dirigentes y legisladores del ARI, como Alicia Gutiérrez y Marcela Rodríguez, entre otras.
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"El machismo atraviesa los géneros", dice Augsburguer.

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