El kirchnerismo está sobrerrepresentado

Rodolfo Montes / La Capital

El bloque de diputados del oficialista Frente para la Victoria se compone de 118 miembros, el 46% del total de la Cámara (255 miembros). El reglamento de la Cámara (artículo 105R) señala, para la conformación de las estratégicas comisiones asesoras, que "la designación de diputados para integrar las comisiones se hará, en lo posible, en forma que los sectores políticos estén representados en la misma proporción que en seno de la Cámara". Sin embargo, en varias comisiones clave -ya constituidas-, como Presupuesto y Hacienda, el oficialismo se sobre-representó con el 66%. Colocó allí 29 miembros sobre un total de 44.

También se verifica sobre-representación kirchnerista en Educación (60%), Relaciones Exteriores (59%), Justicia (57%), Asuntos Constitucionales (53%), y, entre otras, Pequeña y Mediana empresa donde trabajarán 13 diputados oficialistas sobre un total de 20 integrantes (65%). De las 45 comisiones asesoras permanentes que funcionan en la Cámara de Diputados de la Nación, hay una decena ya constituidas, las más importantes.

El resto, aún sin confirmar, están en etapa de negociación, pero la tendencia a dominar más allá de las proporciones, por parte del bloque oficialista, está a la vista.

La novedad, es cierto, no resulta absoluta. Desde el 83 a la fecha existió una cultura del bloque mayoritario de otorgarse el centro de la escena y el reparto final de los cargos. Reservándose, por caso, una ajustada mayoría -mitad más uno- en la muy clave comisión de Presupuesto y Hacienda, aun cuando la proporcionalidad general no alcanzara al 50% de la Cámara, como ocurrió casi siempre en los últimos 23 años. "La prepotencia numérica del oficialismo", en esta nueva etapa democrática, no tiene precedentes. Así lo calificó la revista especializada e independiente "El Parlamentario", bajo un anuncio de tapa "El oficialismo arrasa en la comisiones".

Los bloques opositores, pequeños y fragmentados como nunca, miran al gigante desde abajo, con la modesta pretensión de, al menos, seguir respirando. Por caso, la UCR, cuenta con 40 miembros. Sin embargo, sabe que 4 ó 5 de ellos -de provincias como Mendoza, Santiago del Estero y Catamarca- también tocan timbre en la ventanilla K, y pretenden cobrar por su doble juego oficialista y opositor.

A su vez, el Peronismo Federal, virtualmente roto, no se termina de partir, justamente, porque el sector que retornó a la esfera oficial espera negociar mejor los espacios de poder. Primero "desde afuera", y luego "desde adentro". Con este panorama, se esfumó el reparto hacia abajo, a los bloques más pequeños, pero compactos. Como el PS, que no retuvo la presidencia en la comisión de Población que había solicitado para la diputada rosarina Silvia Augsburger.

El kirchnerismo tomó nota de los aliados con que cuenta, aunque formalmente pertenezcan a otros bloques -un puñado de radicales, una decena de ex duhaldistas, y los puntanos de Rodríguez Saá-, sumados los cuales totaliza una cifra que supera cómodamente los 130 nombres. Así obtiene la mayoría absoluta de la Cámara, que se activará para aprobar la próxima semana el discutido proyecto de reforma en el Consejo del la Magistratura.

Aun así, esa contundente supremacía no habilita al oficialismo para arrogarse una sobre-representación de hasta el 66% en las comisiones asesoras.

De todos modos, la seducción a sectores de otros bloques -o bloques enteros- para impulsar las políticas oficiales es parte del juego, y así funciona la democracia. Pero otra cosa es contar como propio lo que entró a la Cámara con la boleta electoral de otro partido, y formalmente no abandonó esa posición.

Muy cerca de Agustín Rossi, jefe del bloque kirchnerista, confirmaron lo que La Capital adelantó hace dos semanas: el proyecto de reforma del Consejo de la Magistratura será aprobado y sin modificar una coma. Toda una señal respecto de lo cuentan las posiciones de otros bloques en la consideración K. Si se suma a esto la tendencia del Ejecutivo a promulgar decretos de necesidad y urgencia, para evitar dilaciones en ciertos temas, y el manejo del temario a discreción que podrá realizar en las comisiones con mayoría oficialista -como se consignó, en casi todas las más importantes-, queda en evidencia la contracara oscura, la de la pretensión hegemónica, de un gobierno que logró hacer brillar el sol en otras zonas de su planeta.