Simplemente clásico

Mauricio Tallone / La Capital

La cita es hoy a las 14 en el Coloso. El árbitro designado será Federico Beligoy, que debuta en un clásico. El operativo de seguridad contará con más de 1.300 efectivos y con rigurosas medidas de prevención. Basta puntualizar algunas coordenadas para darse cuenta de qué se trata. No hay margen para rumbear hacia otro lado. Es que en cualquier circunstancia el clásico rosarino tiene vida propia. Hasta se puede anunciar una nueva edición prescindiendo de mencionar a ambos equipos. Es que un Newell’s-Central o viceversa tienen incorporado un rictus especial. El que inexorablemente empuja a caminar por los extremos. Noventa minutos que llevan al paraíso o obligan a pasar algunos días por el patíbulo. Son choques que exceden cualquier coyuntura. Incluso el presente, en el que ambos andan dando pena en la zona baja de los promedios.

   Jugar con las posibilidades de cada equipo haciendo foco en la tabla es letra muerta para imaginar el trámite. Porque es un partido que maneja los códigos de una final. Poco importan los antecendentes. Tampoco que Newell’s tenga 11 puntos ni que Central sume 4 y esté último, aún virgen en victorias en el Apertura.

   Lo que sí adquiere suma relevancia es el armado de los equipos y sus disposiciones tácticas. Se escribieron cientos de capítulos de equipos de Newell’s y Central que salieron a ganar en el Parque y en el Gigante, y ganaron. En estos partidos el pizarrón anímico va de la mano de las ambiciones. Es cierto que no hay mucho para ofrecer pero con los ingredientes conocidos se puede preparar un plato apetecible.

   Marini se la jugó con la vuelta de un gladiador que seguramente disputará el clásico como el último de su vida deportiva. Zapata cumplirá el sueño de jugar el partido número 100 en Newell’s y buscará derribar los pronósticos que lo daban afuera de carrera. Lo del entrenador no es un tiro al vacío. Nada mejor para un partido in extremis para un jugador que juega al límite. El regreso de Héctor Steinert no hizo chocar ningún planeta y la presencia del paraguayo Da Silva era cantada si se recuperaba.

    Ischia tampoco fue menos que su colega y confirmó a Christian González. Para el técnico es un partido muy trascendente para que el Kily, lejos de su mejor condición física, lo mire desde el banco de suplentes. Chirola Ledesma cumplió la fecha de suspensión y regresará al equipo. Raldes volvió de la selección de Bolivia y recuperará su lugar como titular. Lo mismo que Arzuaga (recuperado de una molestia) en el ataque.

   El anuncio de un clásico siempre mueve a la reiteración. Con los temores y la ansiedad de siempre, marca registrada de un encuentro único e irrepetible como lo es un Newell’s-Central, pero con la inequívoca sensación de que el mundo no se termina en estos 90 minutos. l