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 domingo, 16 de septiembre de 2007  
¿Este será el penúltimo clásico?

Luis Alberto Yorlano / La Capital

Que nadie se rasgue las vestiduras. Todos tienen algo que ver con la apremiante situación que viven los dos equipos de la ciudad. Desde los dirigentes hasta los hinchas, pasando por algunos periodistas y el no te metas, ayudaron a tener que convivir con las dudas si el próximo torneo será en primera o en el ascenso. ¿Dónde quedó aquel Rosario futbolero? ¿Dónde quedaron aquellos equipos que cuando venían los porteños se iban contentos con el empate? ¿Quiénes se robaron los sueños del hincha? De aquel que apuraba la comida del domingo, porque quería llegar temprano a ver la reserva y cuando algunos de esos pibes aparecían en primera decía, “no te dije que iba a ser un fenómeno”. Esos pibes ya no están, no hay a quién mirar en las inferiores y llegan jugadores casi desconocidos. Los grandes culpables han sido y son los dirigentes. Los que vaciaron los clubes con ventas indiscriminadas y sin tener abajo con quienes reemplazarlos. Los hinchas también tienen culpas porque no se hicieron escuchar cuando las cosas se veían venir. El negocio de los representantes y el dinero volvieron locos a todos. Hoy se está pagando. Parece mentira que Newell’s y Central peleen por no descender.

   Los leprosos se quedaron en la “hinchada que no abandona” y con el dibujo de los parlantes. Los canallas en el “pecho frio” y “pingüinos”. Mientras estas tonteras se hacen fuerte los equipos chicos de los barrios de Buenos Aires y de ciudades del interior no dejan de afanarles puntos en Arroyito y en el Parque. “Hay que poner muchachos, hay que poner”, era el cántico de las tribunas. Hoy se escucha “es para... que lo mira por TV”. Cuidado que el negocio de los que manejan el fútbol es dejar un solo equipo en las ciudades importantes. Así se fortalece el que queda y el otro le mete fuerte presencia en el ascenso.

   Hoy se juega el clásico. Pero no será como otros. Aquí se juega un partido más. Sólo para las cargadas y el folclore, pero la realidad es saber qué harán ambos para salvarse del descenso. Rosario se banca a los dos equipos en primera, aún se puede hacer mucho, siempre y cuando todos entiendan que están en terapia intensiva y con diagnóstico reservado. l
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