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domingo,
18 de
febrero de
2007 |
Seguridad social. En pocos días más saldrá la ley que establece la libre opción entre los regímenes de reparto y capitalización
Hora de cambios en el sistema previsional
Los aportantes tendrán ahora más alternativas para hacer valer sus fondos. Pero los especialistas recomiendan atender caso por caso y analizar qué hacer en particular
Patricia Martino / La Capital
En pocos días más habrá una nueva ley previsional y los afiliados al régimen de capitalización podrán optar por pasarse al sistema de reparto que administra el Estado, posibilidad que no se contempló en la reforma de 1994 y dejó a los argentinos sin la alternativa de libre elección.
Mediante la trampita de que se debía informar expresamente la decisión de quedarse en reparto, muchos aportantes al sistema se encontraron con la novedad de que habían sido pasados a una AFJP sin su consentimiento o, en el mejor de los casos, sí habían autorizado el traspaso seducidos por las mieles que prometía la nueva modalidad. En ambas situaciones, el camino no tenía retorno.
Ahora la Cámara de Senadores aprobó por unanimidad, y giró a Diputados, el proyecto de ley de reforma previsional enviado por el Poder Ejecutivo Nacional, que introduce como principal novedad la posibilidad de que los aportantes puedan elegir pasarse del sistema de capitalización al de reparto cada cinco años.
El 27 de febrero la Cámara de Diputados de la Nación trataría el proyecto y saldría la nueva ley. Ante este nuevo escenario surge la pregunta del millón: ¿Me quedó en capitalización o me paso a reparto?
Qué hacer
Durante los últimos días economistas, abogados previsionales y consultoras se animaron a emitir una opinión sobre está diyuntiva que enfrentan los más de 11 millones de afiliados a las AFJP. Si bien surgieron algunas consideraciones a tener en cuenta a nivel general, los especialistas consultados por La Capital recomiendan analizar el cambio en particular, en base a los ingresos individuales.
Con la reforma, en el sistema de reparto cada año de aporte significará 1,5% del salario como jubilación. En capitalización, asumiendo una rentabilidad real de 6% anual, en edades tempranas los aportes generan montos jubilatorios que duplican ese porcentaje. Pero superados los 40 años el porcentaje de jubilación que genera es más bajo que en reparto. Por lo tanto la edad óptima para el traspaso se ubica entonces entre los 40 y 45 años.
Sin embargo, lo que aparentemente podría considerarse como la mejor opción, no lo sería para una persona que cuenta con un sueldo alto pero que a los 55 años, para el hombre o 50 para la mujer, queda desempleada o cambia de trabajo y tiene un ingreso menor, porque el sistema del Estado determina el haber jubilatorio en base a los últimos 10 años de aporte.
Libertad de elección
El abogado previsionalista Héctor Zacarías asegura que desde el punto de vista de la libertad de elección la reforma "es un triunfo" porque "el sistema tenía prisionera a la persona".
Respecto a la decisión de pasar de capitalización a reparto sostiene que "hay que estudiar cada caso". Si bien compartió el criterio que indica que el cambio al régimen de reparto es más favorable en los últimos 10 años de aporte del afiliado, señaló que también se debería modificar la base de cálculo del sistema del Estado. Opinó, en ese sentido, que para sacar el promedio del haber se deberían tener en cuenta todos los años de aporte, como ya ocurre para los autónomos.
Por su parte, el abogado previsionalista Franklin Quagliato, coincide con que la posibilidad de regresar a reparto es buena para el sistema y considera que "cada uno debe analizar la alternativa".
No obstante, asegura que "es difícil saber la reacción de la gente" porque aunque "hay disgusto por el sistema de capitalización nada asegura que se prefiera el reparto".
"Esto nos ubica en una discusión similar a la del 94 cuando nació el sistema de capitalización y todo era la panacea, pero es importante ver cómo es la realidad de cada persona. Si fuera que se abre la posibilidad por única vez sería diferente pero puedo dejar pasar un quinqueño y revisar el tema. No hay que apresurarse", indicó.
Otra de las observaciones de Zacarías pasa por que el proyecto no contempla aumentos o reajustes y por lo tanto sólo saldrían, como hasta ahora, por los incrementos que determine el Estado que "nunca son suficientes".
"Hasta julio del 94 los aumentos se daban en base a los incrementos del haber del activo, tendría que retomarse ese sistema", precisó.
Los plazos
Sobre la alternativa de que el traspaso se produzca cada cinco años y durante un período de 180 días, el abogado señaló que "es un plazo prudente".
Quagliato agregó, además, que "así se evita manosear el sistema y saltar de un régimen a otro", como ocurre con las AFJP donde se permiten tres cambios al año.
En ese sentido, el titular de la Ansés, Sergio Massa, aseguró que "entre 30 y 45 días" después de sancionada la ley de reforma previsional se abrirá el período para poder pasar de las AFJP al sistema público de reparto.
No obstante, la diputada por el ARI, María América González, se manifestó en contra de los tiempos planteados por el Ejecutivo. La legisladora advierte que la posibilidad de traspaso debería darse cada menos años. "Una persona que necesita jubilarse a veces no tiene ese tiempo. Lo ideal sería cada dos años", puntualizó.
Un cambio integral
Para González no se trata de un proyecto de reforma integral sino de una modificación que permite la libertad de elección. Además, criticó que los fondos del sistema jubilatorio se destinen a la caja del Ministerio de Infraestructura.
Massa respondió a los cuestionamientos de la oposición que sostiene que la nueva ley es "sólo un maquillaje" y dijo que lo entiende "más que como una crítica, como un planteo por profundizar el proceso de cambio".
Massa entiende que indudablemente hay que ir haciendo paulatinamente las modificaciones sin plantear la destrucción de todo lo anterior. "Si no los argentinos sienten que cada gobierno les cambia las reglas de juego", remarcó.
En otro orden, Zacarías advirtió que con el mayor ingreso de fondos que recibirá el Estado por el traspaso de los aportantes del sistema de capitalización al de reparto, por pocos que sean, contribuirá a mejorar los haberes de los actuales jubilados. "En los próximos meses puede haber incrementos", subrayó.
Impacto
Un informe del Instituto para el Desarrollo Social Argentino (Idesa) indica que la propuesta de reforma debe analizarse en el marco de los cambios que se están incorporando en el sistema previsional y que impactan en la equidad y la solvencia intertemporal del sistema. En ese sentido menciona algunos datos que brindan un panorama de las enormes magnitudes de recursos fiscales que ya están comprometidos.
Se estima que hay 720 mil beneficios jubilatorios a los que no se les aplicó apropiadamente la movilidad previsional, de manera que vía la intervención judicial se producirá un aumento del gasto previsional del orden de 0,27% del PBI. Además, por las 840 mil personas que ya ingresaron al sistema previsional gracias a las moratorias, el gasto previsional tuvo un aumento del orden de 0,65% del PBI.
Otra estimación es que ingresarán 1,5 millón de personas dentro de 5 años, cuando se deje de descontar la cuota de la moratoria, y el aumento del gasto previsional será del orden de 2% del PBI.
Presupuesto Anses
Idesa advierte que el volumen de recursos comprometidos debería ser analizado minuciosamente. Más aún, si se tiene en cuenta que el presupuesto 2007 fue elaborado bajo el supuesto de que la Ansés aumentaría la cobertura a 3,7 millones de jubilados y pensionados, pero ya en enero tuvo que pagar más de 4 millones de beneficios.
Por lo tanto, derivar los aportes de los indecisos y de algunas personas que voluntariamente pasen a reparto es una manera de generar alivio financiero, pero de corto plazo. Es decir, la Anses tendrá recursos para pagar la subestimación con la que se realizó el presupuesto 2007, tanto en relación al ingreso de beneficiarios a través de la moratoria como a los juicios que sobrevendrán al ignorar el mandato de la Corte, señala el estudio.
Sin embargo, es "pan para hoy y hambre para mañana" porque se están generando recursos a costa de contraer obligaciones futuras, con el agravante de que estos compromisos son más altos que los ingresos presentes que recibe el Estado. En otras palabras, el informe de Idesa sostiene que pasar gente a reparto es análogo a contraer una deuda -que la contabilidad pública no registra- a una tasa de interés extremadamente alta.
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La Cámara de Senadores aprobó por unanimidad el proyecto de ley de reforma previsional.
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