El gran desafío

Russo: "Era el momento justo para ir a Boca"

Sergio Faletto / Ovación

Su teléfono no para. Es una llamada tras otra. Los pedidos de autógrafos no cesan. Un hincha canalla se acerca para saludarlo mientras le aclara a otro hincha xeneize que pugna por una foto: "¡Ojo bostero! que Miguelito es nuestro". La respuesta del fana de Boca es rápida como la ocurrencia auriazul: "Era papá, era". Miguel Angel Russo sonríe. Dice que está tranquilo. Se muestra sereno. Pero ya vive en el Planeta Boca. Donde todo es rápido. Y así como alguna vez dijo "esto es Central", y después aseveró "sé lo que es Vélez", ayer imprimió otra definición: "Boca es".

El flamante técnico de Boca estuvo en Rosario, y a pesar de una rutina que impone vértigo, dialogó con Ovacion a solas. Ante la pregunta "qué esperás ahora", contestó enseguida: "Seguir siendo como soy". Y aclaró: "Estas son las cosas que no quiero resignar, como venir a esta ciudad, estar con mi hijo, visitar a mi vieja como siempre, reunirme con amigos, tomar un café en el mismo lugar de siempre, en fin, tratar de organizar la vida para no cambiar".

-¿Cómo fue este primer día como DT de Boca?

-Con mucha actividad, pero tranquilo.

-¿En qué se sustenta esa tranquilidad?

-En conocerme y en saber todo lo que implica Boca. Tenía en claro que el primer día iba a ser de fuerte impacto, con relación a los llamados de amigos, pedidos de la prensa, el ver tu foto en todos lados, la reacción de la gente, en fin, todo. Ya tuve que suspender las vacaciones y en vez de ir a Pinamar me tengo que ir a Paraguay por el sorteo de la Copa Libertadores. Así que hay que estar bien plantado para enfrentar lo que viene. No me asusta el vértigo.

-Vas a encontrar un plantel con mucho dolor, quizás vergüenza, como lo encontraste a Vélez cuando llegaste...

-Sí, pero hay que pasar rápido el duelo porque tenemos que ir por nuevos objetivos.

-¿Qué le falta a Boca en lo futbolístico?

-Boca es un club que produce cambios constantemente. Hasta el partido con Colón se hablaba de un Boca implacable, y después de Belgrano era un equipo generador de todos los males. Ni una cosa ni la otra. Por eso primero hay que hablar con el grupo, plantearle los objetivos y ponerse a trabajar. No hay tiempo para lamentos, sólo hay tiempo para prepararse de cara a las nuevas metas.

-Te preguntaron mucho por Palermo...

-Martín con 20 años y yo con varios años menos coincidimos en Estudiantes, y uno hace una evaluación, y así como muchos dieron un salto de calidad otros no lo pudieron hacer. Por suerte ahora ambos coincidimos en Boca, eso quiere decir que los dos crecimos. La relación con él es buena, de respeto mutuo, no hay nada para especular.

-¿Cómo es la relación con Barros Schelotto?

-También, de respeto mutuo.

-¿Tenés miedo al supuesto accionar de alguna camarilla?

-Si tuviera miedo no estaría en el fútbol. Esto no es tan complicado, primero se habla con el grupo, se lo escucha, se plantean los objetivos y las formas, y listo. Cada uno primero tendrá que resolver su sector y después asociándose para que funcione lo colectivo.

-¿La Copa Libertadores es un objetivo común entre Boca y vos?

-El slogan es que Boca debe ganar todo lo que juega. Esa es la mochila y hay que cargarla. La Copa Libertadores es uno de los objetivos al que vamos a tratar de alcanzar, pero como te dije al principio, "Boca es", así que acá son todas obligaciones.

-En Boca el tiempo es oro. ¿Podrás hacer en Boca lo que hiciste en Central y Vélez, es decir promover muchos juveniles?

-El tiempo hay que hacerlo. Pero en Central y Vélez aprendí un sistema y voy a tratar de aplicarlo, ojalá tenga los mismos resultados que obtuve en mis experiencias anteriores.

-¿Con qué sistema jugará Boca?

-Primero necesito hablarlo con los jugadores, cara a cara y día a día. No es serio que los jugadores se enteren por el diario cómo quiero que jueguen. Pero acá en Rosario ustedes me conocen, saben que los sistemas dependen de las cualidades de los jugadores.

"Boca debe ganar todo", sentenció Russo.