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domingo,
15 de
octubre de
2006 |
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Está on line todo el día
Jorge Boasso no pierde el pelo ni las mañas. El siempre polémico concejal presentó a su manera el proyecto de "Ciudad Digital", apelando a la tecnología de punta que lo acompaña en su vida cotidiana. La coqueta "palm" que lleva siempre consigo, con acceso directo a internet, le sirvió para dar un ejemplo muy gráfico de lo que pretende con su elogiada iniciativa de abrir el ciberespacio para todos los rosarinos. Entró a la página web de La Capital y procedió a leer en voz alta los títulos más importantes de ese día. Y así, desde la actualidad política hasta las noticias policiales, desde la información de la ciudad a lo que pasa en la región, y hasta un partido ganado por David Nalbandian en el abierto de Viena fueron enumerados en un pantallazo por el edil, quien de inmediato explicó: "Yo quiero que cada rosarino pueda acceder a esta información". Se nota que el hombre es un navegante experto.
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Eso que ellas usan para rezar
El prejuicio es fuerte y suele tener fundamentos: a nivel popular, se cree que los hombres de la cultura no tienen ninguna afinidad con el fútbol. El primer nombre que viene a la memoria para dar vuelo a este argumento es el de Jorge Luis Borges, que solía definir al deporte más popular de la Argentina como "veintidós personas corriendo detrás de una pelota". Pero del otro lado, el de los fanáticos, también hay figuras notorias, entre las cuales se destaca el rosarino Roberto Fontanarrosa. Pero también están (entre tantos otros) el querido Osvaldo Soriano, hincha de San Lorenzo a muerte, y el autor de "La Patagonia trágica", Osvaldo Bayer, que es... canalla. Y justamente Bayer contó por televisión anteanoche que solía torturar a Soriano (de quien fue muy amigo) con un comentario cáustico: "Cómo vos, que son tan antimilitarista, podés ser hincha de un equipo con nombre de batalla". Parece que el autor de "Triste, solitario y final" se enojó feo con el chiste y masculló su venganza durante una de las tantas noches que pasaba sin dormir. Al despertarse Bayer, al día siguiente, el Gordo lo llamó y disparó: "Y vos, que sos tan anticlerical, cómo podés ser hincha de un cuadro que lleva el nombre de ese adminículo que usan las mujeres para rezar". Intelectuales al fin, hasta las bromas futbolísticas que se cruzaban tenían matices filosóficos.
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Cocheras y el Día de la Madre
Sábado a la mañana. En el centro no cabía un alfiler y menos un auto. El Día de la Madre movilizó el comercio. Un periodista recordó que no había comprado regalo alguno y logró estacionar su vehículo en un garaje céntrico. La primera sorpresa fue que un cartel advertía que la tarifa mínima era de dos pesos y un peso adicional por cada quince minutos. En ese momento recordó el pedido que hizo el Concejo al intendente para que informe sobre cuántas cocheras hay en la ciudad y cuánto cobran. Cumplido el objetivo y regalo en mano, el hombre de prensa fue a retirar su vehículo. Le cobraron tres pesos porque estacionó 31 minutos. Es decir, se pasó 60 segundos de la tarifa mínima y comenzó a correrle el adicional. Molesto por el abuso, no por el peso de más, balbuceó por lo bajo alguna queja que a nadie le importó. ¡Ah!, la cochera queda en Mitre al 900, frente al Banco Patagonia (ex Lloyd's). |
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