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domingo,
15 de
octubre de
2006 |
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Charlas en el
Café
del Bajo
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-El rabino Shlomó Tawil me invita, con su escrito que me ha enviado sobre la figura de la madre judía, a hablar de las mamás en su día. Antes de sus palabras quisiera referirme en dos renglones a la relación entre una madre y su hijo genial, la relación entre Leonor Acevedo y Jorge Luis Borges. Se ha dicho que entre Borges y su madre había una relación muy estrecha, tanto que como el mismo escritor lo admitiera, en muchas de sus obras ella aportó mucho de su sabiduría, de su chispa, de su genialidad. Sin decir de que además ofició de su secretaria y de abnegada lazarilla cuando el genio comenzó a perder la vista. Creo yo que Borges, como hijo, se sintió culpable. Culpable por no haberle dado a su madre eso que ella tanto aguardaba: su propia felicidad. Borges comprende, y así lo plasma en su poema "El remordimiento", que la felicidad de una madre se edifica sobre la felicidad de su hijo. El poema comienza diciendo: "He cometido el peor de los pecados/ que un hombre puede cometer./ No he sido feliz. Que los glaciares del olvido/ me arrastren y me pierdan, despiadados". Y añade luego: "Mis padres me engendraron para el juego/ arriesgado y hermoso de la vida,/ para la tierra, el agua, el aire, el fuego"./ Los defraudé. No fui feliz..."
-¿Qué relación tiene esto con las palabras del rabino?
-Mucha, porque el rabino habla de la maternidad y de la vida. Escuche: "La Torá llama a la primera mujer en la historia de la creación Javá, que significa madre de toda vida. Como la misma Biblia la llama, proveniente de la palabra Jaia que significaá viviente. Esto es lo opuesto a lo traducido como Eva en algunas Biblias de fuentes no judías, derivado del inglés "Eve" que etimológicamente se relaciona con la palabra "evil" que significa malo, perverso, por ser ella la primera en pecar y traer muerte al mundo. En el judaísmo Javá representa lo opuesto. La madre de todas las madres personifica tanto la esencia de la vida misma como la capacidad creadora de conceder esa vida a otros. Madre expresa no sólo la capacidad de dar a luz físicamente, sino también de crear, nutrir y realzar todas las facetas de la vida. El proceso de dar a luz no termina con el nacimiento físico, porque ella continúa cuidando de esta vida, alimentándola y sustentándola física, emocional y espiritualmente. Continúa nutriéndola a lo largo de toda la vida, ayudando a realizar su potencial latente y ayudando a esta vida a desarrollar y experimentar su máxima expresión. Haciendo esto, estará constantemente dando a luz nuevos niveles de capacidad y profundidad de experiencia de vida, dentro de si misma como dentro de todos los que la rodean. Desde el punto de vista de la ley judía el honrar y respetar a los padres se asemeja al honrar y respetar a Dios, ya que como Dios son la fuente de nuestra vida, en especial la madre. Y aunque todos los días deben ser el Día de la Madre, aprovechando esta oportunidad cada hijo debe reflexionar hasta cuánto cuidamos, honramos y respetamos a nuestra fuente de vida. Ser madre es una de las facetas más importantes de la mujer, hecho que lamentablemente muchas mujeres posponen, suponiendo un estorbo en sus vidas y perdiendo la posibilidad de esta gran bendición".
-Una linda reflexión y una enseñanza con relación al nombre de Eva.
-Cuando el rabino Tawil dice que "el proceso de dar a luz no termina con el nacimiento físico, porque ella continúa cuidando de esta vida, alimentándola y sustentándola física, emocional y espiritualmente", me acuerdo de la madre de Borges y de ese hijo que, a su manera, le pide perdón porque no fue lo que ella, como toda mamá, deseaba: feliz. Al reflexionar sobre las palabras del rabino, me acuerdo de Nélida, de Antonia, de Liliana, de tantas mamás cuyas vidas tienen sentido por las vidas de sus hijos y su felicidad se fundamenta en la paz interior de sus hijos. No puedo olvidarme, desde luego, de esas mamás que hoy estarán sin sus hijos. ¿Qué podría decirse al respecto? Nada, absolutamente nada. A veces el silencio es más elocuente y servidor que toda palabra. Sin embargo, como bien dice el rabino, el proceso de dar a luz no termina en lo físico. Hay un proceso de dar a luz en lo espiritual y con lo espiritual, que es de carácter inmortal. Por eso: ¡feliz día, mamás!
Candi II |
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