Buenos Aires: Confitería ilustre

Las Violetas cumplió 120 años. Sirvió de escenario a cuatro películas y fue la elegida de artistas y políticos

Las Violetas, situada en el barrio porteño de Almagro y uno de los puntos de encuentro más tradicionales de la ciudad de Buenos Aires, cumplió el martes pasado 120 años de existencia.

La confitería está considerada uno de los emblemas de la ciudad junto con otros bares y confiterías históricas como el Tortoni, El Ateneo, El Nacional, La Paz, El Molino, La Ideal y el café De los Angelitos.

Allá por 1880, cuando Almagro era un barrio alejado y una zona de quintas, se comenzó a construir el local en lo que hoy es la esquina de Rivadavia y Medrano.

El 21 de septiembre de 1884 hasta el mismísimo Carlos Pellegrini, por entonces ministro con galera, capa y bastón asistió al lugar el día de la inauguración. Por entonces la Argentina tenía alrededor de tres millones de habitantes, su presidente era Julio Argentino Roca y era intendente porteño Torcuato de Alvear.

Las Violetas se llama "confitería" porque hacia fines del siglo XIX o principios del XX no era bien visto que las mujeres fueran a los cafés. Al denominarlas confiterías, podían concurrir tanto matrimonios como mujeres solas. Allí, además de servir café y bebidas, se fabricaban exquisitas masas y variedad de otros dulces.


Gardel, Frondizi y Arlt
Entre las personalidades ilustres que pasaron por Las Violetas estuvieron Carlos Gardel, Roberto Arlt, Alfonsina Storni, Abelardo Arias, Félix Luna, Ariel Ramírez, Osvaldo Pacheco, Alberto Migré, Rafael Albrecht, Irineo Leguisamo y Arturo Frondizi.

Medios de comunicación como el cine, la radio y la televisión utilizaron los salones de la confitería en distintas ocasiones. Allí se filmaron cuatro películas. En el 72, "La mafia", de Leopoldo Torre Nilsson; en el 77, "Qué es el otoño", de David Kohon; en el 86, "Los amores de Laurita", de Antonio Ottone, y en el 96, "Sol de otoño", de Eduardo Mignona.

Las sucesivas crisis que vivió Argentina llevaron al cierre de la confitería el 30 de junio de 1998. Pero los vecinos, que no soportaban su desaparición, juntaron diez mil firmas y lograron que el 6 de agosto del mismo año la Legislatura porteña la declarara "sitio de interés cultural".

En enero de 2001 un grupo de empresarios gastronómicos comenzó los trabajos de restauración, respetando los detalles de la arquitectura original y conservando el clima de aquella época. En julio de ese año se produjo la reapertura.

Hoy los salones deslumbran con los característicos vitrales de estilo art-nouveau, sus arañas de bronce y caireles, columnas de mármol y revestimientos de madera lustrada.(Télam)

La confitería Las Violetas, en la esquina de Rivadavia y Medrano.