Para leer

El recomendado: Donde fluyen las sangres

Matías Piccolo (*)

Recomiendo "Todas las sangres" (1964), del peruano José María Arguedas. Porque cuando el viejo Andrés, borracho y decidido, sube a la torre de la plaza para maldecir en público a sus dos hijos, y en ese arrojo final gritar el destino de su testamento, se desata un argumento vigoroso. Porque desde allí se conforma una novela profusa, llena de escenas, con una precisión descriptiva que conmueve. Porque la unión inestable y tortuosa que entablan don Bruno y don Fermín -los hermanos malditos- para hacerle frente a un consorcio internacional que quiere explotar las minas de su tierra, permite viajar al centro de un conflicto familiar y latinoamericano.

Fermín propone un alianza a su hermano Bruno, patrón feudal obsesivamente religioso, para que éste le provea la mano de obra, los indios, y así llegar más rápido al manto, para dar con la veta del mineral preciado antes que la internacional Wisther and Bozart. En esa carrera la novela se despliega detallando los escenarios y las dramatizaciones, y se vive la intriga política no desde la pretensión de una tesis (como alguna vez una mesa redonda sobre el tema trató de discutir) sino desde la puesta literaria que se arriesga en contar una cantidad inusitada de personajes y situaciones. Tiene también la historia su héroe, Rendón Willka, complejo y fascinante, que anudando destinos junto a otros compañeros de reparto da con los vastos cauces para que fluyan y suenen todas las sangres.

(*) Matías Piccolo integra la redacción de Riel, Revista de Investigaciones y Estudios Literarios.