El huracán Jeanne se hace más fuerte y comienza a castigar Bahamas y Florida

El meteoro obliga a una nueva evacuación masiva del sur norteamericano. Haití no se repone del desastre

El mortal huracán Jeanne se fortalecía rápidamente anoche al mismo tiempo que castigaba al norte de las Bahamas y seguía encaminado a asestar el cuarto golpe de una tormenta que enfrenta el estado norteamericano de Florida en la actual temporada de huracanes, todo un récord.

Chubascos intermitentes de las bandas externas del huracán se precipitaban a cántaros en el sur y el centro de la costa este de Florida, con ráfagas de viento y lluvias cegadoras.

Según lo previsto, el ojo del huracán tocaría tierra en el área de Fort Pierce las primeras horas de hoy, una nueva penuria para una región que hace sólo tres semanas padeció la furia del huracán Frances.

Los vientos de 185 kilómetros por hora de la tormenta - un aumento desde los 169 kilómetros por hora de anteanoche- y el oleaje de 2,4 metros azotaron la isla Gran Abaco en las Bahamas, una cadena de 700 islas con 300.000 habitantes que se extiende desde Haití hasta la costa de Florida.

Hasta tres millones de residentes de Florida, ya hartos de las tormentas, recibieron órdenes de evacuar islas costeras, casas móviles y áreas sujetas a inundaciones.

Otros se preparaban nuevamente para recibir en sus casas a una tormenta, acumulando baterías, agua y gasolina. Los habitantes del estado también volvían a colocar persianas en sus casas para protegerlas, o acudían a los refugios públicos.

Muchos en la costa atlántica de Florida, envalentonados tras sobrevivir el paso del huracán Frances, permanecían en sus hogares, un acto de desafío que alarmó a las autoridades.

"Damas y caballeros, esto es peligroso, esto no es un juego", dijo el alcalde de Miami-Dade, Alex Penelas. "Todos estamos fatigados, todos estamos exhaustos. No queremos tener que pasar por esta prueba de vuelta, pero ninguno de nosotros puede controlar a la naturaleza", añadió.


Haití bajo el desastre
Una semana después del paso de la tormenta tropical Jeanne, varios barrios de Gonaives, en el noroeste de Haití, siguen inundados y el desorden reina en esta ciudad de 250.000 habitantes, la mayoría de los cuales no recibió aún ayuda humanitaria.

El balance se incrementa cada día en varias decenas de muertos. Las últimas estimaciones divulgadas este sábado por la oficina de Protección Civil haitiana totalizaron unos 1.286 muertos como mínimo y más de 1.129 desaparecidos.

El descontento de la población, sin electricidad y productos de primera necesidad, crece cada día. El presidente interino de Haití, Boniface Alexandre, suspendió una visita a Gonaives prevista para este sábado por razones de seguridad, informaron fuentes allegadas.

A su regreso de Nueva York, donde asistió a la reunión anual de la Asamblea General de la ONU, Alexandre aseguró que velaría por el cumplimiento de acciones concretas y eficaces en Gonaives, ciudad de por sí particularmente desheredada.

Las autoridades han sido totalmente superadas por los sucesos y la ayuda a los damnificados descansa casi exclusivamente en la comunidad internacional.

Las distribuciones de ayuda alimentaria en Gonaives se multiplicaron en los últimos días (120 toneladas, según la ONU) pero muchos habitantes se queja de que los repartos tienen lugar siempre en los mismos barrios.

La coordinación de la asistencia internacional explicó que necesita condiciones mínimas de seguridad para distribuir alimentos y que sería peligroso hacerlo en barrios de calles estrechas, ya que cada camión que llega con ayuda desencadena pequeños incidentes.

Los militares de la ONU que garantizan la seguridad en los lugares de distribución, debieron utilizar en algunos casos gases lacrimógenos para retomar el control de la situación. (Reuters y AFP)

Unos tres millones de residentes en Florida recibieron orden de evacuar sus casas.