| domingo, 26 de septiembre de 2004 | El cazador oculto: Un experto en las cosas del querer Ricardo Luque / La Capital Los tiempos cambian. Aquello que hasta ayer era moneda corriente hoy es extraño. Una curiosidad digna de un museo de grandes novedades. Ahí quedaron, olvidados en un rincón y cubiertos de polvo, los festejos de cumpleaños con bonetes, globos y sorpresitas. Hoy el imperio de la moda los convirtió en veladas paquetas donde los hombres hablan de vinos y las mujeres lucen sus cirugías estéticas. Así habría sido la reunión con la que FM Fisherton celebró el segundo aniversario de "PBI" si no fuera por Salvador Distéfano. Es que el conductor del programa, una de las filosas espadas de la Fundación Libertad, tiene un don que pocos conocen: detrás de su fachada de economista liberal se esconde un latin lover, con un poderoso imán para el sexo opuesto. Sí, es así, aunque usted no lo crea, y la lista de invitados a la reunión de la que fue anfitrión en Taura lo dejó a las claras. Cómo será que hasta la somelier de la cata de la nueva línea de vinos de la bodega Catena Zapata que engalanó la velada era mujer, y qué mujer, Claudia Caprile, un misterio que más de uno estaría dispuesto a desvelar. Y como si eso fuera poco, cuando el bouquet de un delicioso malbec endulzaba los sentidos, irrumpió en el salón Analía Vázquez. Pelo largo y rubio acariciándole los hombros y un saco blanco de cuero como una segunda piel. Gastón Bozzano, el joven programador del Parque de España, se dio vuelta para mirarla. Un gesto elocuente. Más para un experto en la materia. "¿Quién es?", preguntó sin mucho tacto el morocho de ojos azabache que lo acompañaba, pero antes de enterarse de que se trataba de la gerente del banco Societé Generale su mirada se perdió en las curvas exuberantes de Zulma Dinelli. La expresión sorprendida del muchacho pedía a gritos una explicación. Claro. Nunca antes la había notado tan pulposa. Pero antes de que pudiera evacuar sus dudas sus ojos sorprendidos se cruzaron con los de Natalia García que, desde un rincón apartado, sonreía tímida. Abogada, joven, soltera, qué más se puede pedir. Poco y nada. Claro. Pero ya era tarde, y Marifé Toscani, un sueño con su equipo deportivo gris perla, había llegado acompañada. Una desgracia. enviar nota por e-mail | | |