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 domingo, 11 de noviembre de 2007  
La economía de Cristina. Los empresarios en alerta por la puja salarial
El pacto social: un manual de buenas intenciones difícil de consensuar
La propuesta oficial fue el tema de debate del 43º Coloquio Anual de Idea

Marcos Cicchirillo / La Capital

La intención del gobierno nacional de instaurar un pacto social al estilo del de La Moncloa es para los empresarios que participaron del 43º coloquio anual de Idea en Mar del Plata, un proyecto viable pero sólo en el terreno de las ideas y para soñar como sería “un país serio”, de esos con los cuales les gusta compararse cuando imaginan la posibilidad de acceder al primer mundo. Sin embargo, el pragmatismo gobierna entre los hombres de negocios sobre la viabilidad concreta de este acuerdo y como expresó claramente el presidente del Coloquio, Guillermo Murchinson, en la inauguración del encuentro, el problema no lo tienen con el modelo económico sino con los “modales”.

Una muestra de esa actitud fue la que quedó reflejada en la tradicional encuesta que se realiza entre los principales ejecutivos del país y que se presentó al cierre de la segunda jornada. En el muestreo, los hombres de negocios se mostraron convencidos de que en 2008 continuarán ganando buena plata. Es más, creen que la gestión de Cristina Fernández de Kirchner se acercará más a sus deseos que la de su marido en estos últimos cuatro años.

Como viene sucediendo desde que comenzó la era Kirchner y a raíz de los escraches públicos con nombre y apellido que fueron objeto incluso por boca del propio presidente, los empresarios prefieren expresan en voz baja sus verdaderas convicciones y dejar para los discursos públicos las posiciones conciliadoras. En ese tono aparece lo que Murchison también apunto como la “pobreza criolla” y el “ombliguismo”.



Una agenda propia

La mayoría de los empresarios y ejecutivos consultados por La Capital buscan ante todo la resolución de lo que consideran sus problemas urgentes —en su mayoría pasan por control de salarios, aumento de tarifas y desarrollo de infraestructura— y dejan para el campo de las utopías los proyectos estratégicos para la definición de un nuevo país contemplados en el tan mentado pacto social.

La opinión del presidente de una las principales automotrices del mundo sirve como resumen de lo que apuntaron muchos empresarios de diversos sectores sobre el planteo hecho por la CGT en materia recomposición salarial atada al piso que puso la inflación de este año. “Si el planteo es que el aumento salarial sea por arriba de la inflación, sin incluir la variable de la productividad, difícilmente haya pacto”, dijo y se mostró preocupado por el poder que ganaron los sindicatos. En cambio, agregó, que se deben retocar las tarifas de los servicios públicos.

Ante la consulta sobre si eso no le restaba también competitividad —como sí dicen lo hace el factor salarial— el industrial fue contundente: “Nosotros ya pagamos la energía a precios internacionales y aún así tenemos que desviar nuestra atención y recursos para invertir en generadores porque igualmente sufrimos restricciones y cortes, por eso es que hay que sincerar del tema de las tarifas para que haya inversiones en ese sector”, reflexionó.

Tal vez por todo esto es que los empresarios buscaron dar el ejemplo de los “modales” en sus discursos como gesto de buena voluntad de cara al inicio de una nueva gestión de gobierno y alentaron la idea oficial de una concertación entre todos los actores (gobiernos, empresarios y trabajadores).

Inclusive la mayoría apoyó la tesitura de que “si se trata de un pacto sólo de precios y salarios no sirve”, ya que consideran que ese tipo de acuerdos pertenecen al pasado. Públicamente dicen estar convencidos que sólo servirían si las partes se sientan a crear consensos como lo hizo España después de la muerte de Franco. Por lo demás son casi todas dudas.



Perspectivas

En lo inmediato, y como quedó reflejado en relevamiento realizado por la consultora D”Alessio entre 600 ejecutivos, las perspectivas de ventas para el año próximo para el 60% de los encuestados son alentadoras, de los cuales el 75% cree que mantendrá sus niveles de rentabilidad actuales.

Es más, los empresarios vislumbran que la economía no sufrirá en los próximos meses traumas por el recambio en la gestión presidencial, más bien continuará un escenario económico favorable y predecible.

Y, si bien despotrican contra el intervencionismo estatal y criticaron el nuevo aumento de las retenciones a los granos y los aceites, estiman que esa masa de recursos y los buenos precios internacionales de los commodities, le darán a la Argentina al menos dos años para transformarse en un país en serio “siempre y cuando utilicen esos fondos” para solucionar los temas pendientes.

Respecto a la inflación, los ejecutivos insistieron en la aplicación condimentos utilizados en las recetas más ortodoxas: control del gasto público y de la emisión monetaria y mayor apertura de la economía. Eso sí nadie arriesgó cifras, sólo que continuará en dos dígitos.

Pero para mantener el actual ritmo de crecimiento, los directivos presentes en Idea consideraron clave la necesidad de invertir en infraestructura, sobre todo en la matriz energética.
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La gran mayoría del arco empresario considera que mantendrá su rentabilidad en los próximos años.

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