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 domingo, 18 de febrero de 2007  
Alemania: los castillos mágicos
Las magníficas construcciones medievales encierran misterios y leyendas de caballeros y reyes

Mauricio Pacheco

Los castillos europeos han despertado durante siglos la fascinación de las personas. Las historias mitológicas y las leyendas en donde reinaban las cortes de grandes caballeros secundados por magos absolutos transformaron a los castillos de Europa en un destino especial para los turistas con sueños mágicos de una época distinta.

A lo largo y a lo ancho del viejo continente se pueden observar estas monumentales construcciones de roca, sin embargo en la región suroeste de Alemania se concentra una gran cantidad de palacios y fortalezas en la denominada Ruta de los Castillos. Es una de las rutas más tradicionales de Alemania, en donde se ubican las joyas de la arquitectura medieval y románticas ciudades en sus casi 1.000 kilómetros de largo, desde Mannheim hasta Praga.

El trayecto es muy variado, los lugares históricos y los encantadores paisajes conforman un marco en donde los visitantes se sentirán a cada paso en un tiempo diferente. Durante el recorrido por la ruta de los castillos los turistas atravesarán por las importantes ciudades alemanas como Heidelberg, Rothenburg y Nuremberg.

En esta región se encuentran las montañas y bosques más famosos del país. La belleza natural de las numerosas fuentes termales suponen un atractivo turístico añadido a la extraordinaria vegetación, los grandes bosques y los pintorescos pueblos que forman parte del recorrido por la Rruta de los Castillos.

Alrededor de 70 castillos y palacios bordean la ruta junto a otras edificaciones testigos del pasado, como las ciudades medievales, conventos, iglesias y construcciones profanas de diferentes épocas, así como abundantes tesoros culturales hacen que la Ruta de los Castillos sea especial para los visitantes.

Los castillos, fortalezas y palacios, fuente de inspiración de sagas, mitos, leyendas y cuentos de hadas, pueden ser visitados por ciclistas ya que esta ruta es apta para bicicletas. El pasado revive ante los ojos del visitante en alguno de los hoteles o restaurantes instalados en los palacios.

Otra atracción para los viajeros son los eventos que se celebran durante todo el año en la Ruta, donde se realizan actuaciones con trajes de la época en un festival, o teniendo como escenario histórico algunas de las fortalezas medievales. Participar en una visita guiada fantasmal, en una cena de caballeros o comer y beber rodeados por los viejos muros de los palacios.

Entre los grandes monumentos de Alemania se encuentra el castillo de Heidelberg, una fortificación y palacio de grandes dimensiones, que tuvo su época de esplendor desde el siglo XIII hasta el siglo XVIII. Durante ese periodo fue la residencia de los príncipes o condes del palatinado y las construcciones más importantes datan del renacimiento, pero luego sucedieron épocas de devastación.

En el año 1693, las tropas del rey francés Luís XIV intentaron conquistar la región en nombre de su cuñada la princesa Elizabeth Charlotte, la hermana del príncipe del Palatinado Karl, fallecido repentinamente sin heredero. Desde la destrucción a manos de los franceses y luego de dos intentos de reconstrucción, el Estado alemán decidió mantenerlo como ruina. Sin embargo, es probablemente el más noble ejemplo de la arquitectura del Renacimiento y es considerado el castillo en ruinas más grandioso de Alemania.

La antigua residencia de los príncipes del Palatinado se ubica por encima de la ciudad, donde numerosos poetas y pensadores del Romanticismo encontraron su inspiración. Desde allí se abre una vista maravillosa del laberinto de techos del casco antiguo de la ciudad, del río Neckar y del conocido camino de los filósofos.

Hay dos ostentosos castillos reales que dominan la escena delante del espectacular panorama de los Alpes. Los palacios de Neuschwanstein y Hohenschwangau están situados como en un libro de cuentos en un escenario alpino con precipicios, frescos prados verdes y oscuros bosques pinos y abetos. La principal característica de estos palacios es que son construcciones modernas que datan del siglo XIX, pero están hechas a la manera de los palacios de la época feudal alemana.

El castillo de ensueños Neuschwanstein del rey Luis II es la construcción más visitada en Alemania, y el proyecto nació de su imaginación y aunque fue construido por un grupo de arquitectos. El rey supervisó a pie de obra el largo proceso, introduciendo uno y mil cambios a medida que crecía.

El castillo del rey parece atrevido e irreal como un homenaje a las óperas de Wagner y las heroicas leyendas germánicas, la construcción demuestra los ideales y añoranzas del rey Luis II. El gobernante exigió dos condiciones: primero, sería edificado por trabajadores bávaros, y con materiales bávaros, sin excepciones, lo que favoreció la creación de una poderosa artesanía en Baviera que ha hecho de ella uno de los mayores enclaves industriales de Alemania. Y segundo, por fuera debía asemejar los castillos de los cuentos de hadas que tanto admiraba en su juventud, pero por dentro debía contener todos los avances tecnológicos de la época.

El palacio se asemejó tanto a los relatos tradicionales alemanes que fue elegido por Walt Disney como modelo para el castillo de La Bella Durmiente. Por dentro, además de continuas referencias a estos cuentos o a diversas leyendas y personajes medievales, contiene una completa red de luz eléctrica, una cocina que aprovechaba el calor siguiendo reglas elaboradas por Leonardo da Vinci, y maravillosas vistas y paisajes a los Alpes, incluyendo una encantadora cascada que podía contemplarse desde la habitación del gobernante.

En cambio el castillo neogótico Hohenschwangau, antigua residencia de verano de la familia real, parece romántico y acogedor. El palacio se encuentra frente al castillo Neuschwanstein a orillas del lago Alpsee cerca de Fussen. Un cómodo camino por el bosque lleva desde el aparcamiento a orillas del lago Alpsee hasta el castillo. En el pasado fue la casa paterna de Luis II y palacio de recreo de los Wittelsbach, fue construido por el rey Maximiliano II desde 1832 hasta 1837. Es el castillo real más antiguo, en el que Luis II pasó la mayor parte de su vida. La infraestructura interna de la época de Biedermeier ha sido en gran parte conservada.
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La Ruta de los Castillos está compuesta por algo más de setenta construcciones de diferentes estilos pero singular belleza.



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