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domingo,
18 de
febrero de
2007 |
Calentamiento global. En el sur santafesino las lluvias aumentarían en un 10% y la temperatura, un grado
El norte provincial será la zona que
más sufrirá por el cambio climático
Así se lo señala en un estudio referido a las perspectivas en Santa Fe para los próximos 75 años
Santa Fe.- Según un estudio realizado por expertos de la Universidad Nacional del Litoral (UNL), para 2082 en nuestra región hará más calor y los ríos tendrán menos agua, en algunas zonas seguirá lloviendo pero en otras faltarán precipitaciones, y habrá más riesgos de desastres naturales producidos por tormentas, crecidas de cursos de agua y lluvias muy intensas, entre otros desórdenes del clima.
Esos pronósticos fueron volcados por los especialistas en un documento realizado por especial pedido de la Fundación Bariloche, en el cual analizaron dos posibles escenarios. Con ese objetivo, tomaron un personaje de ficción que representa a nuestros hijos, nietos y los hijos de ellos, al que llamaron Tomás, que hoy tendría un año de edad y que para 2082 cumpliría 76 años. Con ese vaticinio, el lugar donde le toque vivir para entonces será bastante diferente al de ahora.
El trabajo se denominó "Vulnerabilidad de los recursos hídricos en el Litoral-Mesopotamia", y se realizó en el marco de la Segunda Comunicación Nacional Argentina a la convención marco de las Naciones Unidas sobre el cambio climático.
Los especialistas, miembros de las facultades de Ingeniería y Ciencias Hídricas y de Ciencias Agrarias de la UNL, seleccionaron una serie de variables -lluvia, temperatura, niveles de los ríos y los sistemas de aguas subterráneas- y proyectaron cómo se mostrarán en el futuro, teniendo en cuenta dos posibilidades: a) que se emita casi la misma proporción de gases de efecto invernadero, los responsables del calentamiento de la Tierra, y b) que se emitan todavía más gases que ahora. En cualquiera de los dos casos, concluyeron que la situación es preocupante.
Los pronósticos
El primero de los casos es el escenario más benigno el panorama no es bueno pero sí regular para el sur de la provincia de Santa Fe indicó Norberto García quien dirigió el trabajo Se espera que en esa zona las precipitaciones se incrementen en un 10% y que la temperatura aumente en un grado
Sin embargo, en el otro escenario evaluado, en el norte santafesino y el Chaco se esperan temperaturas agobiantes con cuatro grados más y una considerable disminución de las lluvias. "Si la temperatura aumenta, habrá mayor demanda de agua para los cultivos", razonó Roberto Marano, otro integrante del equipo que elaboró el informe. "Esto implicará -agregó- que disminuirán drásticamente los excesos hídricos en la región, y también los rendimientos de los cultivos, que serán entre un cinco y un 10% menores a los actuales".
"La disminución de los excesos se origina por aumento de la evapotranspiración, debido al incremento de la temperatura del aire", explicó. El efecto más directo de esa merma es una reducción en los caudales medios de los ríos, lo que repercutiría también en los sistemas de aguas subterráneas.
"Los recursos hídricos subterráneos serían sometidos a un fuerte stress motivado por el cambio climático, ya sea por mayores requerimientos de extracción, disminución de la recarga o un aumento significativo del peligro de contaminación", indicó Ofelia Tujchneider, otra experta que participó del trabajo.
Actualmente, el 64% de la población del área estudiada se abastece con agua subterránea. Si se piensa que en el futuro esa población va a incrementarse y aumentará la demanda de agua para uso comercial y agrario, el uso del recurso será mucho mayor. "Si aumenta sólo prudentemente la demanda sobre las napas, rápidamente los sistemas acuíferos tendrían un descenso importante en sus niveles, lo que facilitará el acceso más rápido de elementos contaminantes y no deseados al subsuelo", explicó.
Un agravante
Respecto del uso de la tierra el panorama es particularmente grave en nuestra región santafesina si se considera que boom de exportaciones mediante un importante número de otrora frondosos bosques nativos fueron destinados a la agricultura sobre todo al cultivo de soja transgénica
"Entre 1956 y 2001 las precipitaciones medias anuales aumentaron del 10 al 30% en amplias zonas", explicó García. Esto provocó que "las isoyetas se desplazaran hacia el oeste", lo que expandió la frontera agrícola. Aprovechando el "período húmedo", muchos productores cambiaron el rumbo de sus negocios y se volcaron a los cultivos extensivos.
El análisis de los expertos de la UNL para la Fundación Bariloche indica que el uso de las tierras varió considerablemente en los últimos años en esta región del país. Tanto, que actualmente hay 2,5 millones de hectáreas con agricultura en tierras con baja productividad, es decir, que no están naturalmente preparadas para soportar ese tipo de cultivos. "Esta nueva realidad genera y va a generar graves riesgos de agotamiento físico y químico del suelo en los lugares donde su capacidad es muy baja", explicó Marano.
En aquellas otras zonas con pronunciadas pendientes, como Misiones y parte de Entre Ríos, el agravante estará dado en la erosión de los suelos, muy difícil de recuperar aún con las prácticas más urgentes.
Este cambio en el uso del suelo contribuye directamente al aumento en el riesgo de desastres, como una inundación, el fenómeno más frecuente en la provincia de Santa Fe. "Los suelos que se incorporan a la agricultura sufren procesos de compactación y erosión hídrica; como consecuencia se incrementan y aceleran las escorrentías superficiales hacia los cuerpos de agua receptores, con menor recarga a los acuíferos, mayores caudales pico y menores tiempos de concentración", dice el informe.
Los desastres naturales
Santa Fe es la provincia de la región Litoral Mesopotámica donde ocurrieron la mayor cantidad de desastres ocasionados por el clima durante el período 1970 2004 En un 84% estuvieron relacionados con causas hidrometeorológicas intensas lluvias e inundaciones el fenómeno más recurrente y el de mayor impacto negativo Dentro de la región Santa Fe es la provincia que muestra los mayores niveles de afectación en estos casos y el detonante más frecuente de los anegamientos es la crecida de los grandes ríos
Este análisis también formó parte del informe para la Fundación Bariloche, y no termina con un pronóstico alentador. Según estos expertos, "la frecuencia de ocurrencia e intensidad del fenómeno climático El Niño continuará aumentando en las próximas décadas, debido al calentamiento global". En este sentido, se asegura que "los niveles de riesgo actuales referidos a inundaciones de origen fluvial aumentan en los dos escenarios analizados", los mismo que las causadas por las lluvias", aseguró el informe.
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La inundación que afectó en 2003 a casi el 70 por ciento de la ciudad de Santa Fe representa el ejemplo más grave de los desastres que se registraron en la provincia por causas que están directamente relacionadas a factores hidrometeorológicos.
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