Definen que un policía mató con intención a una chica en zona sur

Dispararon contra su casa y ella, que estaba con un nene, cayó con cuatro balazos. Determinan que balearon su vehículo para simular un ataque previo. Lo procesaron

María Laura Cicerchia / La Capital

Un suboficial de Medicina Legal fue procesado por el asesinato de Verónica Garcilazo, una joven de 23 años acribillada a balazos en la puerta de su casa de Flammarión al 5000 el 6 de mayo pasado. El policía fue acusado de disparar con intención homicida al pasar frente a la vivienda en una Traffic, bajo una calificación legal por la que podría ser condenado a prisión perpetua. La investigación determinó que, luego del crimen, el imputado y un colega habrían baleado el vehículo para simular que los balazos fueron en respuesta a un ataque previo.

El cabo primero Edgardo Peiretti, de 34 años, fue procesado como autor de un homicidio calificado por ser integrante de una fuerza de seguridad, figura que prevé una pena de prisión o reclusión perpetua. El efectivo que lo acompañaba al momento del crimen, Jesús Acosta, de 38 años, fue enviado a juicio por encubrimiento agravado y recuperó la libertad. La resolución de la jueza de Instrucción Alejandra Rodenas no está firme porque la defensa de los policías apeló.

Los efectivos procesados llevan más de diez años en la fuerza y cumplían tareas diferenciadas en las oficinas de Medicina Legal de Dorrego al 900. La mañana del 6 de mayo pasado iban a trabajar en una Renault Traffic conducida por Peiretti. Según vecinos de la zona de Flammarión al 5000, cerca de las 7.45 el vehículo pasó una vez por el lugar y luego volvió a baja velocidad, hasta detenerse frente a la casa de la víctima, a la altura del 5027.


La balacera
Desde el utilitario dispararon al menos siete veces hacia la vivienda Verónica Garcilazo estaba junto a la puerta con su sobrino de 5 años en brazos cuando los alcanzó la balacera La chica pudo cubrir con su cuerpo al nene pero recibió cuatro disparos que le costaron la vida Hubo cinco perforaciones en la puerta otra en la pared y una séptimo bala en la tierra

La chica quedó tendida en el lugar a la espera de una ambulancia y falleció poco más tarde. Sin detenerse en ese lugar, los policías fueron a la comisaría 21ª y denunciaron que habían sufrido un intento de robo. Aseguraron que un muchacho agazapado les había tirado con una escopeta, que una perdigonada destrozó la ventanilla del acompañante y que ellos respondieron. Pero nunca mencionaron haber visto a la joven.

"Cuando estábamos por pasar delante de él, el masculino se paró y nos disparó con una escopeta", detalló Peiretti en su declaración judicial. El policía sostuvo que después de atacarlos el agresor cruzó la calle e ingresó en un pasillo. El cabo primero, que no tenía permitido portar armas, tomó entonces la pistola 9 milímetros de su compañero, dio marcha atrás hasta tener el pasillo a la vista y disparó desde la ventanilla del conductor al advertir, según dijo, que el atacante intentaba tirarles nuevamente.


Frágil
No resulta comprensible que habiendo cesado el riesgo inicial y encontrándose sobre un vehículo que le permitía alejarse el imputado haya vuelto a ponerse a merced del agresor creando una nueva situación de riesgo objetó Rodenas La jueza descartó que el policía haya actuado en legítima defensa A su criterio no existió la provocación ni la inmediatez en la reacción necesarios para justificar su accionar

Por el contrario, evaluó que de ese modo puso en riesgo a la víctima, a su compañero y a otros vecinos que estaban en el lugar y que (a excepción de dos mujeres cuyo testimonio no encontró respaldo en otras pruebas) dijeron haber escuchado una sola secuencia de disparos de idéntica intensidad. De acuerdo con el procesamiento, el policía intentó dolosamente "dar muerte al presunto agresor", aunque cometió un error y la víctima fatal fue otra.

La madre de Verónica Garcilazo, que tenía 23 años, en la puerta de Flammarión 5027, donde el 6 de mayo pasado asesianaron a su hija.