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 domingo, 18 de febrero de 2007  
Los biocombustibles, con el tren en la estación
Aunque se multiplican los anuncios, los proyectos de inversión en marcha son pocos

Fabiana Monti / La Capital

Luego de la reglamentación de la ley de biocombustibles en la Argentina, la pregunta es cuán cerca de explotarse se encuentra este negocio en el país, a la luz de una fuerte demanda internacional liderada por los Estados Unidos y una incipiente expectativa por el corte obligatorio en el mercado interno. Por lo pronto, aunque se multiplican los proyectos de inversión, son bastantes menos los proyectos en marcha. La mayoría de ellos, direccionados a la exportación.

La demanda de cereales y oleaginosas en el mundo se está moviendo por estos días al ritmo de la demanda de biocombustibles, abriéndose un nuevo paradigma en el mercado granario, sobre todo, ante la decisión de los Estados Unidos de no depender más energéticamente de los países con los cuales mantiene conflicto por el petróleo, como Irak o Venezuela.

A modo de ejemplo, la industria del etanol en el país del norte se expandió a una tasa increíble. La producción en 2006 alcanzó aproximadamente los 5.000 millones de galones, superando en más de dos veces la cantidad producida en el 2001 y con expectativas de volver a duplicarse en los próximos años.

En ese sentido, se abrió un nuevo horizonte a nivel internacional, siendo ahora el maíz la vedette de las plazas granaria para el consumo del etanol.

La pregunta es cómo Argentina se está posicionando con respecto a este fenómeno, habida cuenta que es uno de los mayores países productores de cereales y oleaginosas.


Perspectivas
El tema es que en el país la producción de biocombustibles hasta el momento parece girar más cerca de la soja que del maíz.

Según indicó Claudio Molina, director ejecutivo de la Asociación Argentina de Biocombustibles e Hidrógeno, la producción de biodiesel local es en pequeña escala y no existen plantas autorizadas por la Secretaría de Energía.

"Hay muchos anuncios, pero en materia de biodiesel, los dos grandes proyectos en marcha son los de Vicentín-Glencore y de AGD-Bunge (este último podría incluir a una petrolera), ambos son para exportar".

Entre los anuncios está el realizado por la aceitera Dreyfus, Terminal Puerto Rosario, Oil Fox, entre otros.

Por otra parte, en materia de etanol, hay un movimiento de ampliación de las destilerías de alcohol de caña el Noroeste Argentino, como la Compañía Azucarera los Balcanes -que fue inaugurada en octubre pasado-y la de San Martín del Tabacal.


El etanol
"En estudio hay varios proyectos para producir alcohol de cereales, pero todavía son reservados" indicó Molina y aclaró que sumando propuestas de biodiesel y etanol para el mercado interno y para la exportación para el año 2010 estima inversiones por 1.300 millones de dólares.

No obstante su incipiente desarrollo, tiene la certeza que en Argentina se construirá un importante complejo exportador de bioetanol. "El mercado americano tiene elevadísimos aranceles de exportación, traba que negocian los brasileños para entrar en ese mercado", indicó Molina.

El director de la asociación explicó que el 18 de diciembre de 2006 se constituyó una Comisión Interamericana de Etanol en Miami, en un acto en el que participaron Aapresid y la entidad que él representa. "La idea es crear una zona de libre comercio de etanol en toda América y eso abriría un potencial enorme para nuestro país", afirmó.


Para exportación
Precisamente, la mayoría de los proyectos anunciados son pensados para la exportación. Si bien se esperaba la reglamentación de la ley 26.093 que establece el corte obligatorio para el año 2010 en Argentina, al parecer no resultó lo suficientemente interesante a los inversores. "Todavía no hay señales concretas respecto de una grilla de interesados relevantes para formar la oferta del mercado interno destinada al corte obligatorio", observó Molina.

En tanto, para Daniel Miró, analista de la consultora Nóvitas, su sensación es que los biocombustibles en la Argentina están "con el tren parado en la estación", metaforizó.

Según su perspectiva, falta previsibilidad y seguridad jurídica lo que hace que no de certezas a los inversores. "El Estado se reservó mucho poder para regular ese negocio, eso se nota sobre todo en el tratamiento impositivo", señaló el analista.

Consideró que el mayor interés por producir para exportar tiene que ver con la dimensión de este nicho de mercado.
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