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domingo,
31 de
diciembre de
2006 |
La oposición se atomiza
y favorece al oficialismo
El triunfo de Piña en Misiones alentó esperanzas de unidad pero rápidamente volvieron las discrepancias
Las principales fuerzas de oposición, que comenzaron el 2006 con un panorama poco alentador sin construcciones firmes, lograron reacomodar sus figuras después del sorpresivo triunfo del frente encabezado por el obispo Joaquín Piña en Misiones con la esperanza de fortalecerse para el año próximo.
Las elecciones legislativas del 2005 perfilaron a Mauricio Macri y a Elisa Carrió como posibles líderes de la oposición durante este año, pero la separación del Gobierno del ex ministro Roberto Lavagna y su virtual lanzamiento a la candidatura presidencial lo convirtieron en la principal figura para competir contra la estructura oficialista.
Identificado por su pasado duhaldista y considerado uno de los pilares fundamentales de la gestión kirchnerista, Lavagna se presentó como una "alternativa superadora" al gobierno, aunque todavía no terminó de cerrar los pactos con sus principales aliados.
De esta manera, el surgimiento de una nueva opción identificada como "centroprogresista" complicó el armado del oficialismo que pretendía polarizar el debate electoral con un solo frente de centroderecha encabezado por el PRO de Macri y Ricardo López Murphy.
Pero las asperezas de Macri (el gran ganador del 2005 en la Capital) con el titular de Recrear y su indefinición entre una postulación a la Presidencia o a la Jefatura de Gobierno porteña hicieron retroceder al empresario frente a otras alternativas.
Por su parte, el ARI de Carrió, que sigue sufriendo la falta de un aparato a nivel nacional, también quedó en un segundo plano político justificado por el alejamiento de la chaqueña de la conducción partidaria, aunque el inicio de conversaciones con el socialismo y otras fuerzas de izquierda volvieron a ponerlo en carrera.
Juegos de poder
La aparición de Lavagna, impulsada por Raúl Alfonsín y sus laderos bonaerenses, también causó un fuerte efecto en el radicalismo y logró profundizar las diferencias internas entre los K, liderados por el gobernador Julio Cobos; los lavagnistas, comandados ahora por senador Gerardo Morales y los puros de Margarita Stolbizer, que insisten con la fórmula propia, aunque con pocas adhesiones internas.
A menos de un año de las elecciones, la mayoría radical se encamina hacia el pacto con Lavagna, pero todavía busca imponerle algunas condiciones, como la designación de un vice que pertenezca al partido.
El socialismo también avanzó varios casilleros durante este año con la consolidación del proyecto de Binner en Santa Fe y fue objeto de tironeos por parte del gobierno (con el ofrecimiento de un cargo para Héctor Polino que finalmente no aceptó), del ARI y de distintos sectores radicales.
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