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domingo,
31 de
diciembre de
2006 |
Rumania y Bulgaria, centros de esclavitud sexual
Anca pensaba que a las niñas que hablaban por televisión de haber sido vendidas como esclavas sexuales se les pagaba para que inventasen esas historias para elevar los índices de audiencia de los programas. Eso fue hasta que respondió a una invitación de una amiga para acompañarla a Alemania y trabajar como lava platos en una ciudad cerca de Hamburgo.
Cuando llegó desde Bucarest, le quitaron el pasaporte y sus captores la forzaron a trabajar como una prostituta para sus clientes.
Tres meses después bajó dos pisos por un tubo de desagüe, corrió varios kilómetros por un bosque para finalmente encontrar un taxi que la llevara a salvo a una estación de policía.
"La chica que me invitó consiguió la libertad trayendo a dos otros chicas", dijo Anca, una tranquila joven de 20 años de un pueblo rumano. Pidió que su verdadero nombre no fuera revelado para protegerse de sus captores.
A medida que se preparan para sumarse a la Unión Europea, Rumania y Bulgaria están luchando por contener el tráfico de humanos y el contrabando, particularmente de drogas, algo endémico en la región del Mar Negro que pronto se convertirá en la frontera oriental del bloque.
A diario, miles de mujeres como Anca, algunas de 13 años, son secuestradas o atraídas por promesas de trabajos bien remunerados o de matrimonios, y luego vendidas a pandillas que las encierran en clubes nocturnos y burdeles o que las fuerzan a trabajar en las calles.
Los observadores dicen que incluso más mujeres podrían estar en riesgo después de que los dos países se unan a la UE en enero, cuando los traficantes busquen incrementar sus negocios al sacar ventaja del acceso más fácil a Europa occidental, donde termina la mayoría de las víctimas.
"Hay mucha explotación en Rumania y estoy segura de que los números aumentarán", dijo Gina-Maria Stoian, la encargada del caso de Anca y directora de la Fundación Adpare, una organización rumana que ayuda a las víctimas del tráfico de humanos.
"Ya existe el turismo sexual alrededor del Mar Negro", añadió.
Rumania y su vecina del sur, Bulgaria, figuran entre los 11 países mencionados por Naciones Unidas como los principales fuentes de tráfico de humano, en base al número de víctimas denunciado.
Otros países en la región, la más pobre de Europa, también son semillero del crimen organizado y el comercio ilegal como Moldavia y Ucrania.
La pobreza, la desilusión ante las lentas reformas de la región después del colapso del comunismo y un desgastado entramado social después de décadas de repatriaciones forzadas de muchas comunidades, ayudan a que florezcan las pandillas y a que encuentren víctimas con facilidad. (Reuters)
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