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sábado,
22 de
julio de
2006 |
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Aguilas y jilgueros
Mientras algunos intendentes andan embelesados con cuestiones ajenas a la política, otras personas se entusiasman con ella y no sólo siembran actitudes, sino que antes del tiempo de la siega ya obtienen cosechas envidiables. Es el caso del empresario de Venado Tuerto Fernando Genghini, aspirante a intendente de esa próspera ciudad del sur santafesino, a quien una prestigiosa consultora le anunció que las encuestas lo marcan como ampliamente favorito entre los aspirantes a ocupar el sillón del Palacio Municipal. Tanto es así que dicen que la esposa de don Fernando ya se siente la primera dama de Venado y está eligiendo el modelito para el día de la asunción de su exitoso esposo. Mientras tanto, los irónicos que nunca faltan no dejan de recordar que mientras el éxito le sonríe al empresario de medios, el intendente de la ciudad, el archiconocido Roberto Scott, anda con sus tramperas y trebejos cazando pajaritos vaya a saber en que lugar del mundo. Los pajaritos, parece, siempre fueron el gran amor de Scott y las lenguas de doble filo dicen qué ahora anda detrás de plumíferos exóticos con el afán de atraparlos. "¡Cuidado con las águilas!", le gritaron al jilguero. ¿Por quiénes lo habrán dicho?
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Epopeya en Paraguay
El viaje de los periodistas que participaron de las rondas internacionales de negocios Inducampo, en Asunción del Paraguay, distó de resultar sencillo. Es que la Trafic en que viajaron -los funcionarios fueron en avión- dijo basta justo en momentos que el contingente entraba a la capital guaraní. Menos mal que la avería se produjo enfrente de una estación de servicio y un oportuno teléfono público, de modo tal que los cronistas pudieron conseguir taxi sin dificultades. Pero los problemas, según se vio luego, recién estaban comenzando: es que en el taller mecánico al cual se trasladó el vehículo diagnosticaron que el problema era serio, porque la caja se hallaba en estado lamentable. Y aunque era lunes y el retorno estaba pautado para el miércoles por la mañana, dada la gravedad de los daños no hubo otra alternativa que aceptar que la combi fuera entregada el miércoles a las cinco de la tarde. A esa hora, puntualmente, cuando ya habían partido el gobernador y todos los miembros de la comitiva, el chofer llegó al taller y se encontró con la gran sorpresa de que los mecánicos guaraníes, más rápidos que el Libertad del Tata Martino, se despacharon con una cifra sideral: nada menos que dos mil quinientos dólares por los repuestos y la mano de obra. El conductor, a quien le habían dicho en primera instancia que el costo no iba a superar los mil pesos, sólo disponía de cuatrocientos de la moneda norteamericana. Allí empezó el periplo para conseguir la plata. Primero se la pidieron al hotel, el mismo en el cual se hospedan todos los años las comitivas argentinas. Pero tras un rato de reflexión, llegó la negativa. Finalmente fue la Cámara de Comercio Paraguayo-Argentina la salvadora, con promesa de la provincia de saldar la deuda cuanto antes. Claro que ya a esa altura varios periodistas habían decidido emprender el regreso por medios propios. Al parecer, le fue más fácil a Ulises volver a Itaca. |
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"Alca-rajo"
Hugo Chávez
Presidente de Venezuela, durante la Cumbre del Mercosur
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Gritos argentinos en el Mundial
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