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 sábado, 22 de julio de 2006  
La cumbre. Repartieron críticas a EEUU y realzaron el Mercosur
Castro y Chávez tuvieron un multitudinario acto de despedida
El cubano y el venezolano le pusieron el broche a la convocatoria paralela al encuentro de presidentes

El presidente venezolano, Hugo Chávez, y su par de Cuba, Fidel Castro, se pronunciaron anoche por un nuevo Mercosur "más fuerte y unido" y en contra del "imperialismo de Estados Unidos", al cerrar un multitudinario acto frente a más de 40.000 personas en el campus universitario de Córdoba.

Chávez y Castro fueron los únicos oradores en la jornada final de la Cumbre de los Pueblos, un encuentro social y político paralelo al de los presidentes del Mercosur, que concluyó ayer en la capital mediterránea.

"Alca-rajo", bramó el verborrágico venezolano, despertando los primeros aplausos. Luego recordó que el tratado de libre comercio "quedó enterrado en (la Cumbre de las Américas de) Mar del Plata", realizada en noviembre pasado.

"Hemos vencido al Alca y nace un nuevo Mercosur", dijo, en rechazo al acuerdo impulsado por Estados Unidos, en un discurso marcado por alusiones antiimperialistas y en contra del mandatario norteamericano, George Bush.

Chávez destacó el documento final de la cumbre, que se pronunció por superar las asimetrías internas del bloque y fortalecer la integración energética, además de congratularse por el ingreso de su país como Estado miembro.

"Ahora el Mercosur posee la fuente de petróleo más grande del mundo. Deben saber ustedes que la prioridad es para los países del mercado. También tiene América latina la fuente de agua dulce más grande del mundo", enfatizó.

Luego aprovechó para elogiar al presidente Néstor Kirchner, al rememorar que, durante su primera visita al país (1998), "no había aquí gobierno con quien uno pudiera trabajar", y remató: "¡Qué alegría y qué felicidad tener a la Argentina nuevamente de pie!".

"Más pronto que tarde aspiro a que Cuba y Bolivia estén en la unidad del Mercosur. América latina tiene todo para ser un polo de poder mundial", exhortó el presidente.

En otro de los segmentos más aplaudidos de su discurso (que duró casi una hora), Chávez recordó a Agustín Tosco, uno de los líderes de la revuelta del Cordobazo (1969). También felicitó a su par brasileño, Lula da Silva, por su discurso al asumir la presidencia pro témpore del Mercosur y rescató la denominación de "Mercoamérica" para el bloque regional.

Castro, quien concentró la mayor parte de la atención desde que pisó tierra cordobesa, se manifestó a favor de "impulsar una nueva reforma educativa en toda Latinoamérica". Aunque aclaró: "Si al Mercosur le importa, hay que creerlo para lograrlo".

El líder cubano destacó la reforma universitaria que se produjo en Córdoba en 1918, que luego se extendió por todo el continente. "Fue la más importante, estoy por decir que la única. Pero el tiempo ha pasado y hay que modificar el sistema de estudio mundial", sostuvo.

"¿Hasta cuándo las fábricas de cepillos de dientes van a estar educando al mundo?", se preguntó, y agregó: "Hoy el planeta está en una terrible crisis, como no hubo otra en la historia".

Durante casi tres horas, Castro evocó la figura del Che Guevara, reivindicó el régimen cubano por su sistema educativo y de salud, se defendió de las acusaciones de enriquecimiento y hasta permitió que los miles de asistentes le cantaran el feliz cumpleaños, anticipándose al 13 de agosto, día de su nacimiento.

"No me echen la culpa después de que siga más años", ironizó el comandante, a punto de ingresar en la octava década, detonando las risas del auditorio (que lo escuchó atenta y silenciosamente) cuando la noche empezaba a caer sobre el predio al aire libre, en rigor, una cancha de rugby.

Chávez lució la camisa sport de color bordó que suele usar en el día a día, mientras que Castro trocó el traje que vistió durante la reunión de los presidentes por su tradicional uniforme de fajina verde oliva.

La apertura del acto corrió por cuenta de la titular de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, quien participó en la organización junto a la embajada de Venezuela, el gobierno argentino y la colaboración de la representación diplomática de Cuba. "Esta cumbre nos une y fortalece", aseguró.

Antes de los discursos, Castro y Chávez recibieron la condecoración de ciudadanos distinguidos de manos del rector de la Universidad Nacional de Córdoba, Jorge González, quien fue silbado por grupos de estudiantes.

Carteles del Movimiento CNT 25, Barrios de Pie, Juventud Peronista y Partido Socialista de los Trabajadores se agitaron en el campo, confundiéndose con otras consignas locales, como las pancartas que rezaban "(Luis) Juez gobernador 2007".

El Movimiento Libres del Sur, los Jóvenes K, la Central de Trabajadores Argentinos y Quebracho también dijeron presente. Incluso, peones rurales cabalgaron desde las sierras para no perderse el acto.

Frente al palco se montaron plateas para invitados y, detrás, se habilitaron tres carpas para la prensa, los presidentes y las restantes autoridades. La locución corrió por cuenta de los rosarinos Patricia Dibert y Miguel Angel Ferrari.

La policía calculó que la cantidad de asistentes superó las 40.000 personas. Los cubanos habían pedido mudar el acto al estadio de fútbol Chateau Carreras por tener mayor capacidad y por permitir un mejor despliegue de la seguridad.

Según explicaron los organizadores y el propio Chávez durante su discurso, Evo Morales debió regresar a Bolivia por otros compromisos de agenda, pese a que su presencia estaba anunciada desde hacía varios días.
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Chávez, Bonafini y Castro, imanes del acto.

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