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 miércoles, 05 de julio de 2006  
Italia bajó al anfitrión y pasó a la final
El equipo de Lippi venció merecidamente a Alemania 2 a 0 en el alargue

El milagro alemán llegó hasta donde pudo. Quizás hasta donde lo dejaron. No existen atenuantes, no tiene por qué haberlos. Alemania nunca se pareció al candidato que la localía y la historia sugerían. La diferencia con partidos anteriores es que esta vez enfrentó a un rival de enorme jerarquía: Italia, que construyó su monolítica imagen ayer en Dortmund y fue edificando una victoria incuestionable que recién llegó en los últimos dos minutos del alargue pero que debió rubricarse mucho antes.

  La primera mitad le perteneció a Italia en el desarrollo, aunque no en el resultado. El equipo de Marcello Lippi supo cómo cerrarles el tránsito a los alemanes, y a partir de la contención de los creativos teutones edificó un predominio que hizo enmudecer a las multitudes pero no sirvió para someter al siempre sobrio Lehmann.

  Por eso, fue sólo una pulseada estratégica que quedó en poder de los italianos aunque no se tradujo en el resultado.

  En ese lapso Pirlo le ganó la pulseada a Ballack y Camoranesi y Perrotta tuvieron más dinámica que Schneider y Borowski.

  Toni estuvo cerca y Perrotta también. Después lo dilapidó Klose. Lo escrito: mejor Italia, pero no lo suficiente para sacar ventaja.

  En el complemento Alemania quiso dar el presente, pero fue tibio, inconsistente y sólo pudo preocupar en un mano a mano que Buffon resolvió con una solvencia admirable sobre Podolski.

  Lo mejor llegó en el alargue. Antes de los dos minutos Italia ya había hecho temblar dos veces el arco de Lehmann. Primero la enganchó Gilardino y cuando el arquero de Arsenal de Inglaterra iba para el otro lado, la base del caño izquierdo devolvió la pelota. Después, Del Piero le entró desde afuera del área y el ángulo del mismo lado evitó la apertura del marcador para el equipo que mejor jugaba y que más quería.

  La justicia llegó a un minuto del final. Una extraordinaria habilitación de Pirlo le permitió entrarle de zurda a Grosso para estampar el 1 a 0. Casi en el descuento, Del Piero frotó la lámpara para terminar con la historia. Una historia que parecía condenada a los penales. Pero Italia supo cómo jugarle y cómo ganarle a Alemania.
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El remate. Alessandro Del Piero ya sacó el derechazo que supera a Lehmann en el segundo gol.

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