Dulce realidad

Tiro Federal dejó de soñar, ya es de primera

Elbio Evangeliste / Ovación

Parece mentira, pero no lo es. Suena a broma, pero es realidad. El sueño que arrancó hace casi una década de hacer de Tiro Federal un club importante, creíble, que pudiera ganarse un nombre entre los más grandes del fútbol argentino hoy es palpable, real y ya nadie podrá revertirlo. ¿Y a quién le importa si el primer gran festejo, el más espontáneo, el que manda al cerebro de cada uno de los protagonistas una serie de imágenes y recuerdos difíciles de ordenar, haya sido lo más lejos posible de Rosario, sin hinchas presentes en el coqueto estadio 23 de Agosto? ¿A quién le importa si cuando este plantel llegue hoy a Rosario, el aeropuerto de Fisherton no esté desbordado sino con unos pocos simpatizantes? Hoy la realidad pasa por otro lado. Por programar una pretemporada quién sabe dónde, por tener en claro que será necesaria la llegada de nuevos jugadores, por decidir rápidamente si el Chaucha Bianco seguirá al frente del plantel o si se buscará un nuevo cuerpo técnico, y por tantas otras cosas más. Todo esto porque Tiro es de primera. Parece loco, pero es así.

Tan duro fue salvarse del descenso la temporada pasada (2003/04) que a nadie le cruzaba por la cabeza la dulce realidad que hoy se vive en Tiro. Es que cuando el equipo de Ludueña comenzó a dar sus primeros pasos en la B Nacional de la mano de Daniel Teglia, las dificultades para adaptarse a una categoría tan dura como complicada fueron apareciendo como por arte de magia. Claro que en ese entonces la misión de Tiro sólo pasaba por hacer un digno papel y permanecer en la divisional. Por no tirar por la borda en apenas un año el esfuerzo de tantos otros. Y se logró. Después llegó Jorge Solari, con un sobrio y efectivo trabajo.

Un nuevo ciclo comenzó a partir de allí. El nuevo técnico tardó en llegar. El nombramiento de José María Bianco se produjo luego de que el presidente tirolense Carlos Dávola jugara al misterio durante varios días. ¿Habrán imaginado el Chaucha y el propio Dávola que un año después su equipo haría callar a todo un estadio como ocurrió ayer en la Tacita de Plata? Vaya uno a saber. Lo cierto es que a partir de ese momento fueron apareciendo las nuevas caras de este Tiro Federal. Jugadores como Larrosa, Molina, Bezombe, Ramírez, Abrigo, Yacuzzi, Valli, Gordillo e Iuvalé, entre otros, se sumaron a un proyecto que tenía como objetivo "pelear bien arriba", según las palabras de un ¿soñador o visionario? Bianco.

Si hasta suena contradictorio. Es que así como a Tiro le llevó muchos años de un trabajo ordenado, programado para llegar a ser lo que es hoy, Bianco lo logró en apenas seis meses. Sí, en ese tiempo amalgamó la base que encontró con los refuerzos que llegaron para coronarse en el Apertura, torneo en el que desplegó un juego envidiado por muchos.

Una acabada muestra de esa exitosa conjunción se vio ayer acá en Jujuy. Cinco de la vieja camada y seis de la nueva salieron a dejar la vida en el norte en pos del ascenso. Claro que esto también le cabe a aquellos que por una razón u otra no tuvieron la chance de estar y que a lo largo de estos últimos doce meses aportaron lo suyo.

A partir de hoy, al menos hasta que comience el Apertura 2005 de primera división, todos ellos tendrán bien ganado el mote de héroes. Porque se plantaron como debía ser, sin titubeos ni vacilaciones que pudieran arrebatarles la posibilidad de sentirse grandes de verdad. De guapear en soledad en medio de una especie de caldera que fue el estadio. De mantenerse al margen del estruendoso e incesante "dale Lobo" que sonó, sonó y sonó. De hacer de aquel viejo sueño de transformar a Tiro en un integrante más de la elite del fútbol argentino una realidad.

Jugadores y cuerpo técnico se confundieron en un abrazo tras el partido.