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domingo,
26 de
junio de
2005 |
Respeto y aplauso anfitrión
Tiro Federal marcó un hito. Jamás un equipo que disputó una final jugó sin respaldo. Ningún hincha del conjunto de barrio Ludueña se hizo notar en la tarde de ayer en el colmado estadio 23 de agosto. Por ese motivo, también merece destacarse el ascenso. No debe resultar fácil sentir exclusivamente el griterío en contra. Aunque vale remarcar que tampoco fue agresivo. La mayoría los trató con respeto y el aplauso del final reconociendo al vencedor así lo demostró.
Los periodistas jujeños se sorprendieron de que ningún simpatizante rosarino se haya acercado hasta tierras norteñas. Cómo habrá sido la falta de apoyo que la tribuna visitante fue ocupada por la enfervorizada parcialidad anfitriona.
En ese contexto, el gol que marcó el ex volante de Rosario Central Raúl Gordillo se sintió en todo lados y sonó extraño. Un puñado de jugadores acallaba a una multitud, que hasta minutos antes del gol, alentaba sin parar con la firme convicción de que el ascenso era posible.
Después, al momento de la celebración, hubo aplausos del público, en una muestra de cordialidad poco común en este devastador fútbol argentino, donde la intolerancia e indiferencia es moneda corriente en cada reducto del fútbol argentino.
Tiro Federal devolvió esa gentileza de la misma manera y no prolongó demasiado el alocado festejo en la cancha. Tampoco había con quien compartirlo y algún destinatario para ofrendar las camisetas. Al menos, recibió de los jujeños lo que posiblemente esperaba de sus propios hinchas.
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