Washington. - El presidente estadounidense George W. Bush, con expresión sombría, condenó los aterradores ataques en Washington y Nueva York y juró "encontrar a los responsables y llevarlos ante la Justicia". En un mensaje de escasos cinco minutos, desde el despacho presidencial -apenas el segundo de su gobierno- Bush expresó anoche que Estados Unidos tomará represalia contra "aquellos responsables de estos actos malévolos" y los países que los albergan. "No vamos a hacer distinciones entre los terroristas y aquellos que le han dado ayuda" dijo Bush en la frase más terminante del discurso emitido por televisión.
Bush habló desde la Oficina Oval apenas horas después de haber sido trasladado desde Florida hacia bases militares en Luisiana y Nebraska por razones de seguridad. Aviones de combate y helicópteros señuelos acompañaron su vuelo a Washington y la Casa Blanca.
El presidente estadounidense afirmó: "Que no queden dudas, Estados Unidos perseguirá, cazará y castigará a los responsables de estos actos cobardes".
El mandatario estadounidense apeló al orgullo de los estadounidenses al señalar que pese a la serie de atentados perpetrados ayer, los habitantes de Estados Unidos "mostraron su fortaleza".
"Nuestra forma de vida fue atacada y miles de vidas fueron cegadas en enormes estructuras que se vinieron abajo. Estos actos fueron concebidos para intimidarnos, pero fracasaron. Los ataques pueden sacudir nuestros edificios pero no pueden destruir las bases de nuestro país", afirmó Bush.
"Somos el faro de la libertad"
"Hoy, nuestra nación fue testigo de la maldad. Somos el faro de la libertad en el mundo y nadie podrá apagar nuestra luz", enfatizó. El presidente afirmó que las oficinas del gobierno evacuadas ayer reabrirían a la brevedad. Intentando dar consuelo a un pueblo angustiado, declaró: "Si bien estas acciones rompieron hierro, no harán mella en el hierro del espíritu norteamericano".
Bush pidió a la nación orar por las familias de las víctimas y citó del Libro de los Salmos: "Oro que sean consolados por un poder mayor a todos nosotros y evidente por todos los tiempos en el Salmo 23. Aunque camino por el valle de la sombra de la muerte, no temo a mal alguno, pues tú estás conmigo".
El gobierno estadounidense no tuvo advertencia alguna de los ataques contra el Pentágono y el Centro de Comercio Mundial, dijo el secretario de prensa de la Casa Blanca, Ari Fleischer. En su alocución, Bush dijo: "Hoy, conciudadanos, nuestra manera de vivir, nuestra misma libertad, fue víctima de una serie de ataques terroristas intencionales y mortíferos". Miles de vidas "fueron segadas súbitamente por actos de terror malévolos y execrables".
La alocución en la Oficina Oval fue la tercera declaración del mandatario sobre la tragedia. Bush comenzó el día en Sarasota, Florida, donde tenía planes de hablar a favor de sus planes educativos. El evento fue suspendido y Bush fue llevado a Luisiana.
Hizo una breve declaración en un salón de conferencias en una base militar en Luisiana, asegurándole a los norteamericanos que estaba en contacto con su equipo en Washington: el vicepresidente Dick Cheney, el secretario de Defensa Donald H. Rumsfeld y el equipo de seguridad de la Casa Blanca.
Entonces abordó el avión presidencial en dirección a un lugar secreto que resultó ser la base de la fuerza aérea Offutt en Nebraska, donde está ubicado el Comando Estratégico de Estados Unidos, desde donde se controlan las armas nucleares de la nación. Hasta hace tres años, el lugar albergaba un avión equipado especialmente para servir de sede de poder volante en caso de guerra nuclear. (Ansa y AP)