Los secuestradores que estrellaron el avión de American Airlines contra el edificio del Pentágono como parte de un ataque coordinado contra Estados Unidos, usaron puñales y cuchillas para apoderarse de la nave. La información fue revelada durante dos llamadas telefónicas que hizo desde el avión Barbara Olson, esposa del subsecretario de Justicia, Ted Olson, antes del choque. Aparentemente, los asaltantes no portaban armas de fuego.
Barbara Olson, que era también comentarista de la cadena de televisión CNN, fue una de las 64 personas que murieron en el choque del Boeing 757.
Olson hizo dos llamadas para informar a su esposo que el avión, que cree volaba desde el aeropuerto Dulles de Washington a Los Angeles, había sido secuestrado. Ella le informó que los asaltantes, armados con puñales y cuchillas para cortar cartón, llevaron a los pasajeros y a los tripulantes, incluso el piloto, hacia la parte trasera del aparato.
Según CNN, Ted Olson llamó inmediatamente al centro de comando del Departamento de Justicia para informar del secuestro. El Departamento, ignorante de los acontecimientos, le dijo a Olson que iban a investigar la denuncia. Olson le dijo a su esposo que había más de un secuestrador, pero no hizo más comentarios.
"¿Qué debería decirles a los pilotos que hicieran?", dijo que le preguntó su mujer a Olson.
El avión se estrelló contra el Pentágono, situado en las afueras de Washington, incendiando el nervio central de la defensa estadounidense y dejando en ruinas una gran parte de la estructura.
Este fue uno de los cuatro aviones involucrados en el ataque, comparado por muchos con el ataque japonés a Pearl Harbor durante la Segunda Guerra Mundial, lo que propagó el terror por la ciudad de Nueva York y la capital de la nación.
La Dirección Federal de Aviación por primera vez en la historia ordenó que todos los aviones del país se queden en tierrra hasta el mediodía de hoy.
Pilotos entrenados
Los terroristas que aparentemente secuestraron cuatro aviones para atacar el Centro Mundial de Comercio y el Pentágono solamente pudieron haberlo hecho gracias a pilotos entrenados, en un plan que superó todas las previsiones de las autoridades estadounidenses, dijeron expertos en terrorismo.
"Ellos mismo volaron las naves", dijo Gene Poteat, presidente de la Asociación de ex funcionarios de inteligencia.
"Ningún piloto, ni siquiera uno con un arma apuntándole a la cabeza, va a volar hacia las torres del Centro Mundial", agregó.
Los secuestradores usaron los aviones como armas, dijo Poteat, al agregar que pudieron haber tenido la capacidad de desactivar los sistemas de comunicaciones usados para alertar a las autoridades de posibles problemas.
"Esto ha sido una operación planeada por mucho tiempo y de manera obviamente muy cuidadosa", dijo.
Ese gran esfuerzo sobrepasó las previsiones de las autoridades de inteligencia estadounidenses, quienes habían centrado sus esfuerzos a prevenir ataques individuales, dijo Steven Emerson, del grupo Investigative Project, dedicado a investigaciones sobre terrorismo internacional.