Washington. - Estados Unidos sufrió ayer el más masivo y devastador ataque terrorista de su historia, en un ataque criminal que incluyó el secuestro de cuatro aviones, dos de los cuales se estrellaron contra las Torres Gemelas de Nueva York, las que se derrumbaron, y otro contra el Pentágono, con un balance de miles de víctimas.
El presidente norteamericano George W. Bush aseguró que los terroristas sean individualizados, perseguidos y capturados.
El balance de la tragedia, aún impreciso, podría ser incluso más grave del ataque sorpresivo a Pearl Harbour, el 7 de diciembre de 1941, de 2.388 muertos y casi 2.200 heridos. Se estiman en alrededor de 10.000 los posibles muertos, pero según fuentes norteamericanas, citadas por el ministro del Interior de Italia, Claudio Scajola, en un programa televisivo de ese país, los muertos por los ataques terroristas serían 20.000. Al menos 200 bomberos y 80 policías habrían muerto en el siniestro de Nueva York, pero la mayoría de los muertos serían trabajadores financieros en las Torres Gemelas y en el Pentágono, también alcanzado por un gran avión de pasajeros. En Washington, habrían muerto al menos 800 empleados de ese complejo de Defensa.
La Casa Blanca, el Congreso, la Corte Suprema, entre otras dependencias, fueron evacuadas y cerradas. Las fronteras terrestres con Canadá y México fueron clausuradas y las fuerzas militares en todo el mundo fueron puestas en estado de alerta máxima. Y todos los vuelos en el país fueron clausurados sin plazo, algo que nunca se vio en la historia del país. También se cerraron rascacielos en otras grandes metrópolis, como Chicago.
Los terroristas se adueñaron de al menos cuatro aviones en los cielos norteamericanos, tras superar todos los controles de seguridad en los aeropuertos, y condujeron a tres para abatir sus objetivos; fallaron en un solo caso -aunque también causaron decenas de víctimas- con el avión que se estrelló en Pensilvania. En este caso existen dudas sobre si el avión fue derribado por los terroristas o si lo fue por los aviones caza enviados por la fuerza aérea, al resultar evidente que la nave secuestrada se dirigía a Washington para estrellarse contra un blanco de primera magnitud. Las informaciones sobre un quinto avión y un atentado con coche bomba en Washington contra el Departamento de Estado fueron desmentidas por las autoridades.
De los cuatro aviones secuestrados, dos de American Airlines y otros tantos de United Airlines, el primero impactó en una de las torres gemelas a las 8.48 locales (9.48 en Argentina). El segundo avión chocó contra la otra torre 18 minutos después.
Un vuelo de American Airlines iba de Boston a Los Angeles (92 pasajeros) y otro de Washington a Los Angeles (64 ocupantes). En cuanto a United, el primer Boeing 757 despegó de Newark (New Jersey) a San Francisco (45 personas a bordo), y es el que cayó en Pensilvania; el segundo (un 767 que despegó de Boston hacia Los Angeles con 65 pasajeros), cayó sobre el Pentágono. A bordo de las cuatro máquinas había en total 256 personas. Es obvio que todas murieron.
Estados Unidos ya había conocido el terror, en Oklahoma City, donde los muertos fueron 168, en las mismas torres gemelas (6 víctimas en el atentado de 1993), a menudo en el exterior, en Beirut, Dharhan, Aden, en Africa. Ningún ataque jamás había tenido estas dimensiones.
Reunión en el búnker
En un búnker secreto de la agencia federal para la gestión de emergencias, el vicepresidente Dick Cheney, la consejera para la seguridad nacional, Condoleezza Rice, y miembros del FBI, la CIA y otras agencias federales comenzaron a estudiar rápidamente las causas y las respuestas, incluso antes de que se les sumara el presidente George W. Bush -estaba en Florida, en el momento de los ataques- y el secretario de Estado Colin Powell, que estaba de visita en América Latina.
Todas las pistas llevan al parecer a Osama Bin Laden, el multimillonario saudita que encabeza la más letal organización terrorista integrista, desde sus santuarios en Afganistán, o bien, organizaciones palestinas, o, en sentido amplio, medio-orientales. Anoche, cerca de la medianoche argentina, fuentes de inteligencia militar citadas por la CNN que efectivamente Bin Laden era el principal sospechoso. Empero, nadie avanza por el momento pruebas: la CIA y el FBI, que fracasaron resonantemente, en el frente de la prevención, buscan indicios y rastros que abran pistas.
¿Por qué los terroristas atacaron? los poderes norteamericanos, el económico y el financiero en el barrio de negocios de la ciudad ícono de la globalización y del capitalismo, y el militar, en la capital federal. Quizá el avión caído en Pensilvania tenía un objetivo político, Camp David, la Casa Blanca de los fines de semana, en Maryland, símbolo del esfuerzo de paz norteamericano para Medio Oriente. Aunque también se señala que llevaba rumbo a Washington.
¿Cuántas víctimas? El alcalde de Nueva York, Rudolph Giuliani, dice que se precisarán días para que se pueda hacer un balance: en el World Trade Center, 50.000 personas trabajan en las Torres Gemelas que fueron destruidas. Como el ataque ocurrió relativamente temprano, 8.40, se supone que había sólo unas 20.000 personas en las dos grandes torres. En el Pentágono trabajan más de 20.000. Entre muertos y heridos serán ciertamente millares, tal vez 10.000.
Por la tarde, antes del ocaso, colapsó el Edificio 7 del World Trade Center, de 57 pisos, afectado por el remezón del derrumbe de las torres gemelas y un fuerte incendio. (Ansa)