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 miércoles, 16 de marzo de 2005  
Estudian qué hacer con la basura en los hospitales municipales
Premiaron un proyecto de gestión de residuos del Clemente Alvarez

María Laura Favarel / La Capital

La basura no es un tema menor en el sector sanitario, donde la higiene es sinónimo de salud, menor riesgo de infecciones y seguridad. Con el objetivo de optimizar la gestión de residuos hospitalarios un grupo de profesionales de los centros de salud municipales iniciaron una investigación para evaluar la situación en cada efector. En el marco de la investigación el Hospital de Emergencias Clemente Alvarez (Heca) recibió una mención especial por el primer tramo de un proyecto de gestión de residuos hospitalarios. Si bien la investigación aún no finalizó, las primeras evaluaciones posibilitaron la toma de decisiones a favor de la higiene general del hospital. La distinción fue otorgada por un comité de especialistas reunidos en oportunidad de la 5ª Exposición Anual de Posters realizada recientemente.

La inquietud por conocer la realidad de cada centro de salud forma parte de un proyecto de la Municipalidad de Rosario que apunta a optimizar el procesamiento y el destino de los residuos en general. Para tal fin en 1996 la Municipalidad firmó un convenio con la agencia de cooperación técnica alemana GTZ quien asesoró en la elaboración de un proyecto que mejore la segregación, recolección y disposición final de los residuos urbanos. Del mismo modo la agencia alemana colaboró con los profesionales de cada efector de salud municipal. El primer centro municipal que culminó la investigación fue el Hospital de Niños Víctor J. Vilela, que ya implementó la normativa (ver aparte).


Estudio de la basura
La investigación realizada por Mariza Toro, Mirta Cruz, Adriana Aredes, Norma Aguirre y Mario Pagura, en forma conjunta con el equipo integrado por Ramón Farías, Rosa Martínez; Angela Soto; Silvia Altamirano; Juan Villán; Antonio Demarre; Nilda Buiani y Alejandro Bianchi se centró en contabilizar durante 15 días todos los residuos generados por cada área del hospital, según la clasificación de patogénicos (que pueden ocasionar alguna enfermedad), o compatibles con los domiciliarios. Entre estos últimos se analizó cuáles podrían reciclarse.

La licenciada en enfermería, Gabriela Mereta, especialista en control de infecciones y una de las participantes del trabajo, comentó a La Capital que "en forma paralela se realizó un diagnóstico del clima institucional para conocer cómo eran las relaciones entre las diversas áreas del hospital". A través del trabajo se intentó involucrar al personal del centro asistencial que tomó mayor conciencia sobre la importancia del buen manejo de la basura. "Los profesionales de la salud piensan que primero hay que salvar vidas, y es verdad, pero en realidad la basura es una parte más del proceso de atención", añadió.

La evidencia demuestra que si bien los residuos producto de la atención médica pueden, en algún grado, provocar enfermedades, esta posibilidad es mínima. Los únicos desechos que constituyen un riesgo real para la salud son los elementos cortopunzantes como agujas o bisturíes. Estudios realizados en otros países demuestran que la basura domiciliaria tiene muchos más gérmenes que la hospitalaria.


Análisis de costos
Uno de los aspectos a estudiar fue la cantidad de residuos patogénicos (aquel que posee sangre o algún fluido corporal). "El procesamiento de estos residuos es de alto costo y si se segregan en forma incorrecta, el dinero que se destina para esto no se puede utilizar para otras necesidades", comentó Mereta.

"La investigación demostró que estamos tirando mucha basura como patogénica que en realidad no lo es, como papeles, latas de gaseosas o vasitos de yogur", aseguró la especialista. En teoría se estima que entre un 10 y un 15% de los residuos hospitalarios son patogénicos, pero el trabajo demostró que en el Heca se desecha como tal un 40% de la basura (bolsas rojas). La evidencia de esta realidad motivó una segunda investigación para evaluar qué contiene cada bolsa roja para saber si realmente corresponde a la categoría de "patogénico" o no. Para esta tarea se acondicionó una sala especial del Hospital Carrasco.

"Si lográramos que en las bolsas rojas sólo se deseche lo realmente patológico, disminuirían altamente los costos de procesamiento de residuos. Pero, para esto hace falta una campaña de concientización sobre la importancia de cumplir con las normas de higiene", recomendó Mereta.

Hoy en el Heca comenzaron a considerar los residuos de cada sector: anatomía patológica, enfermería, quirófano, laboratorio y otros, con el fin de analizar cuáles realmente corresponden a la categoría de patogénicos. "Por ejemplo, una bolsa de sangre que pasó una transfusión. Los especialistas discuten si esto es patogénico o no, ya que el fluido que contenía fue infundida a un paciente. Dado que no existe sangre más segura que la del banco, no hay porqué pensar que esa bolsa vacía puede provocar alguna enfermedad", agregó la licenciada en enfermería.
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