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 miércoles, 16 de marzo de 2005  
El reclamo de los jóvenes

Carlos A. Bermúdez (*)

Cualquier institución que trabaja con jóvenes sabe que las perspectivas de la sociedad argentina en relación a éstos son, cuanto menos, preocupantes. Los organismos -oficiales o privados- de salud, educación, promoción social, el Poder Judicial, las distintas iglesias, admiten que la juventud argentina está lejos de llevar una vida medianamente decorosa. Y que ese dato es relevante a la hora de imaginar a nuestra sociedad de las próximas décadas.

Jaqueados por las urgencias diarias, las generaciones de mayores corremos el serio riesgo de no ser conscientes del grave problema que implica desatender las necesidades y demandas de los jóvenes. Abrumados por los datos de una realidad agobiante o excitados -a veces- por una incipiente recuperación, los adultos no nos detenemos a pensar en aquellos valores que deseamos conservar pase lo que pase, a separar lo circunstancial de lo permanente.

Reflexionar sobre la relación que los adultos mantenemos con los jóvenes puede ayudar en este ejercicio de valorar si vamos bien o mal. Analizar la situación de las nuevas generaciones nos permitiría poner blanco sobre negro en lo que hemos hecho y lo que estamos haciendo. Más aún: preocuparnos y ocuparnos de ellas significa construir el futuro.

No faltan quienes prefieren eludir una reflexión, y, por qué no, la búsqueda de soluciones, machacando con el viejo argumento de que los medios de comunicación exageran las cosas: demasiada repetición de imágenes televisivas y cientos de centimetrajes de diarios y revistas con niños armados en las escuelas, casos de drogadicción o prostitución infantil, pibes delincuentes, agresividad de las bandas de adolescentes, chicos que no estudian ni trabajan. Sin embargo, los datos que manejan las instituciones que trabajan de cerca, y seriamente, con este fenómeno demuestran que no es la reiterada exposición mediática la madre de todos los males.

Según un reciente estudio de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y la Organización Iberoamericana de Juventud (OIJ), la tasa de mortalidad juvenil en Latinoamérica -incluyendo a la Argentina- es un 181% más alta que en España. La mayoría de estos pibes del subcontinente muere por causas que pueden prevenirse: sida, excesos de drogas, embarazos mal atendidos, accidentes de tránsito. La pobreza juvenil es el previsible marco de fondo de esta situación: en nuestro país, ese indicador trepó de un 31% en 1999 a un 60% en 2004. Hay al menos un millón de chicos argentinos que no trabaja y tampoco estudia. Esos organismos calculan que en los próximos dos años sólo uno de cada 10 jóvenes latinoamericanos conseguirá un empleo respetable. En la provincia de Santa Fe, el Poder Judicial, entre 1999 y 2002, tuvo un incremento de más del 12% de causas vinculadas con los jóvenes.

No hace falta ser un experto para admitir que los adultos somos los primeros responsables de esta vergonzante realidad que viven nuestros jóvenes y adolescentes y que es nuestra responsabilidad hacer algo para que las cosas cambien. Se trata de ser conscientes, en primer lugar, de que todos nuestros esfuerzos diarios sirven de poco y nada si detrás nuestro hay una generación que no tiene posibilidades de disfrutar nuestros logros o de enmendar nuestros desaciertos... Y de comprender que el desgano que a veces advertimos en los jóvenes no es una consecuencia directa de su personalidad, sino la reacción lógica ante tantas torpezas de los mayores que se traducen en cada vez mayores desigualdades, falta de oportunidades y un sentimiento constante de no inclusión.

Conscientes de esta necesidad de pensar nuestra relación con el mundo de los que vienen detrás, la Defensoría del Pueblo de Santa Fe se ha propuesto una serie de actividades destinadas a poner el problema a la consideración de todos los ciudadanos. Estamos dispuestos a aprender de las experiencias de los especialistas de países que pueden exhibir enormes avances en esta materia y a escuchar y debatir con nuestros propios profesionales las líneas de trabajo a seguir. Con este objetivo, los próximos días 18 y 19 de este mes realizaremos en el Parque España de Rosario el Primer Seminario Internacional-Respuesta Institucional a la Niñez en Riesgo-Problemática de la Justicia Juvenil. Se trata de una iniciativa de la Defensoría en conjunto con el Poder Ejecutivo provincial y el Poder Judicial de la provincia de Santa Fe, y del cual participarán ombudsmans de todo el país, especialistas extranjeros y argentinos, funcionarios y jueces.

El objetivo es contribuir a una profunda comprensión del drama que vivimos, como base y primer paso para luego proponer soluciones concretas para los diferentes ámbitos de la sociedad santafesina y argentina, más allá de que el principal destinatario de las conclusiones a las que se arriben será el Estado en todos sus niveles, directo responsable de implementar las políticas públicas que la comunidad reclama para proteger a nuestros jóvenes.

(*) Defensor del Pueblo de Santa Fe
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