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 miércoles, 16 de marzo de 2005  
Alertan que "desde el norte hasta el centro" tienen riesgos las edificaciones de la costa
Lo afirman desde el Centro de Ingenieros. Mientras, la Justicia investiga el colapso en el parque España

"Sin duda no se hicieron verificaciones ni ensayos de los esfuerzos que la estructura podía soportar", afirmó ayer el presidente de la Comisión de Ingenieros Civiles del Centro de Ingenieros de Rosario, Dante Seta. La frase pertenece a un especialista en cálculo de estructuras y obras hidráulicas, al evaluar por qué colapsaron, el domingo pasado, nada menos que 500 metros cuadrados de la estructura que sostiene el paseo peatonal en el parque España sur, ahora totalmente vallado. Pero Seta da un paso más, y no por apocalíptico, sino porque sabe. "La verdad es que veo riesgos en toda la costa de Rosario, desde el acceso norte hasta el centro, incluidos los clubes, donde cada uno hace las defensas en las barrancas como quiere, como puede o como lo dejan", disparó. Mientras tanto, la Justicia también busca respuestas para determinar quién es el responsable de las lesiones o el estrago culposo, las dos figuras que podrían caber en la carátula de la causa. Si se tratara de la segunda, como se cree, podría sumarse además un agravamiento de la pena por riesgo de muerte.

La Municipalidad va dando pasos en su propia investigación del colapso. Ayer el secretario de Obras Públicas, José León Garibay, se reunió con especialistas del Instituto de Mecánica Aplicada (Imae) de la Facultad de Ingeniería local para avanzar en un plan de trabajo que, en unos 20 días, pueda determinar qué causó el tremendo derrumbe y en qué condiciones quedó la estructura en pie.

Para eso, adelantó, su repartición recopilará documentación y aportará datos: por ejemplo, los planos de las obras de refuerzo hechas sobre los centenarios muelles que sostienen la estructura (que Garibay cree se hicieron en el 92 y 94), una evaluación de las cotas del río en el sector y el informe de un equipo de buzos, que hoy bajarán a ver el estado de lo que quedó.

Para Garibay, los reiterados hundimientos y roturas que mostró ese paseo peatonal a poco de construido, hace ya más de 10 años (ver recuadro), no fueron "avisos" suficientes como para prever "un colapso integral de la estructura". De todos modos, admitió que habrá que esperar a tener al menos pistas firmes para saber si se trata de una "falla estructural" que no resista más parches, de una socavación del río o de una falla de suelos.

El que casi puso las manos en el fuego fue Seta, que desde su experiencia como ingeniero hidráulico sostuvo que rara vez, al construirse edificios o estructuras en las barrancas de Rosario, se hacen las cosas como se deben. El especialista recordó que en ese tipo de obras hay que medir, ensayar y verificar qué "esfuerzos" pueden soportar las construcciones, ya que por su ubicación están constantemente sometidas a fuerzas naturales y artificiales.

Entre las primeras mencionó al propio río, el viento, el oleaje que provocan los barcos y el movimiento de las barrancas por empujes de suelos. "Cuando la barranca no tiene un muro se queda sin respuesta de contención, por eso siempre hay que pensar en que alguna vez esas fuerzas precarias se van a poner en inestabilidad", razonó.

Pero las segundas fuerzas, las que llamó "artificiales", también deben ser ponderadas, aclaró. Por ejemplo, ¿alguna vez se calculó si sobre ese paseo peatonal podían pararse, saltar y bailar miles de jóvenes, como ocurrió durante años los encuentros de la juventud y la fiesta del Día de la Primavera?

Por eso, para Seta no sólo deberían haberse hecho todos esos cálculos al momento de las obras originales, sino también verificaciones constantes. Algo que, está convencido, rara vez se hace a lo largo de la costa rosarina.

La Justicia, por su parte, también deberá opinar sobre lo sucedido, ya que el Juzgado Correccional de la 8ª Nominación, a cargo de Edgardo Bistoletti, está instruyendo la causa. Según adelantó el secretario del juzgado, Carlos Pareto, aún no está definida la carátula, que podría recaer en la figura de lesiones culposas o estrago culposo, con "negligencia, imprudencia e impericia". Si finalmente se tratara de estrago -el más factible-, también es posible que por "riesgo de muerte" les quepa a los responsables una pena mayor.
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Aseguran que no se hicieron los estudios necesarios.

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