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 miércoles, 16 de marzo de 2005  
Clasicos
El medio siglo del ratón
Se cumplió el 50ª aniversario del lanzamiento del BMW Isetta. el popular microauto marcó un hito en la historia de la industria automotriz

En 1955, la vida en Alemania Occidental se iba normalizando lentamente tras la guerra y la gente comenzaba a estar económicamente mejor. Todos sentían la necesidad de movilizarse de manera más confortable e individual y soñaban con ir a trabajar en días de frío y lluvia con techo propio o incluso usar el auto para salir de vacaciones.

Ese año, 12.911 alemanes que buscaban su motorización encontraron la respuesta en un nuevo modelo de BMW. El Isetta era una motocoupé con forma de huevo, con lugar para dos y medio pasajeros y motor trasero de 12 CV. Su puerta -era la única- se abría hacia adelante y las ruedas traseras no guardaban ni la mitad de la trocha que tenían las delanteras. Conductor y acompañante se acomodaban, cerraban la puerta acercándola hacia ellos y, con la puerta, el volante y el panel de controles. Los cambios se accionaban a la izquierda del conductor con una pequeña palanquita, un sidestick, como el que poseían los autos de carrera, dándole la nota "deportiva".

El modelo también sirvió para salvar a BMW de la segura quiebra a la que se estaba encaminando ante la imposibilidad de vender en un país devastado por la guerra sus tradicionales modelos superiores.

El Isetta se impuso y BMW había dado en el blanco con la "solución ideal al problema de movilización para todos los que necesitan un vehículo ágil, rápido, de bajos costos operativos y sin problemas para estacionar", según lo destacaban los directivos de la marca de la época. Además de sus cualidades técnicas, la motocoupé se destacaba por su precio: 2.550 marcos alemanes (DM). En ese año, el salario semanal promedio de un trabajador alemán sumaba 90 DM. El seguro contra terceros obligatorio costaba 95 DM, el fisco gravaba al "huevomóvil" -como lo llamaban en Alemania- con 44 marcos de impuesto por año. "Menos de lo que la municipalidad cobra por la tenencia de un perro", aseguraba la publicidad de ese entonces.

El BMW Isetta acompañó al automovilista alemán hasta la década de los sesenta. Le ayudó a iniciar la primera gran ola de viajes de vacaciones. Una velocidad de 85 km/hora bastaba para llegar a destino, sobre todo atravesando Los Alpes en dirección a Italia. Después de todo, ese era también el país de origen del Isetta.

Un concesionario de BMW lo había descubierto en 1954 en el Salón del Automóvil de Ginebra y percibió las posibilidades que encerraba. BMW compró la licencia Isetta de la empresa italiana Iso para su fabricación en Alemania, perfeccionó la transmisión, sustituyó el motor por otro monocilíndrico usado en sus motocicletas y le imprimió a la carrocería un nuevo aspecto y al cabo de un año lanzó la motocoupé al mercado.

Luego del éxito en 1955, en 1956 BMW amplió la gama de modelos y a la de motor de 250 cc, agregó una versión más fuerte con 300 cc de cilindrada y 13 CV. Ambas variantes existían también en la versión más elegante para exportación con ventana corrediza "slide window" y un chasis más elaborado.

A pedido, BMW ofrecía diversos equipamientos opcionales: volante a la derecha en lugar de la izquierda, techo descapotable y una plataforma desmontable para apreciables 200 kg de carga útil, incluida una amortiguación reforzada.

Además del Glas Goggomobil, el huevomóvil o la "Knutschkugel", como lo llamaban los alemanes, el Isetta se convirtió en el vehículo más exitoso de su categoría en Alemania. En 1957, el año de su mayor apogeo, BMW llegó a vender casi 40.000 unidades del Isetta. A partir de ahí la demanda declinó. El mercado comenzó a pedir más autos chicos en lugar de los microautos, en lo posible con cuatro asientos y con la estatura de un "verdadero" automóvil.

BMW respondió a la nueva demanda con el Isetta 600, más largo y con motor de dos cilindros tipo boxer. Pero ya en 1959 el cuatro plazas de forma redondeada fue sustituido por un diseño considerablemente más moderno, con la primera carrocería "Ponton" autoportante: nacía el BMW 700. Mientras tanto, el Isetta siguió produciéndose y gozaba de gran popularidad sobre todo en los mercados de exportación. Finalmente, en 1962 fue suficiente, al momento de paralizarse definitivamente la producción del BMW Isetta, habían sido producidas 161.728 unidades del entrañable ratón.
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