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 sábado, 09 de octubre de 2004

Traspié en la OEA: renuncia su secretario general

Washington. - Miguel Angel Rodríguez, quien renunció ayer a la secretaría general de la Organización de Estados Americanos (OEA) debido a que se vio involucrado en un escándalo de corrupción en su país, fue elegido por consenso en una asamblea general cuyo tema central fue la lucha contra la corrupción. En aquella asamblea, celebrada en junio en Ecuador, se adoptó la "Declaración de Quito sobre Desarrollo Social y Democracia y del Impacto de la Corrupción", en la cual los 34 países miembro expresaron su determinación de luchar contra este flagelo.

Los gobiernos suscribieron en Quito que "reafirman su compromiso a luchar contra la corrupción, que amenaza la democracia y la gobernabilidad democrática, debilita las instituciones, socava el desarrollo económico y social y la lucha contra la pobreza, reduce la confianza pública y interrumpe la estabilidad política".

También en Quito, eligieron a Rodríguez por unanimidad para suceder a César Gaviria como secretario general. Rodríguez -quien está acusado por el supuesto cobro de sobornos en las licitaciones telefónicas en Costa Rica- preparó su gestión durante los meses subsiguientes, diseñó una reestructuración para reducir el déficit de la organización, y asumió el 15 de septiembre.


Irónica situación
El 23 de septiembre, Rodríguez asumió "oficialmente", en una ceremonia en la que participaron nueve presidentes, dos primeros ministros y 19 cancilleres, celebrada a toda pompa en los elegantes salones de la sede central de la OEA en Washington. "A nadie escapa la ironía de esta situación", se lamentó un diplomático de una delegación sudamericana destacada ante la OEA. "Esto es un desastre completo, que va a costar mucho tiempo, trabajo y esfuerzo superar".

Ese diplomático hablaba bajo condición de anonimato. Frente a las cámaras, las declaraciones eran muy diferentes. "La OEA está en buenas manos", insistía por ejemplo el embajador de EEUU, John Maisto. "La OEA no está en crisis", aseguraba el representante de Ecuador, Marcelo Hervas. "Irak tampoco está en crisis", bromeaba otro. Es que el drama de lo que ocurrió es inocultable: la OEA está desde hace años en una cruzada anticorrupción, y este año había decidido darle máxima relevancia y destaque a ese tema, dedicándole nada menos que su asamblea general anual de cancilleres.

No es la primera vez que un secretario general de la OEA debe renunciar acusado de corrupción. El diplomático argentino Alejandro Orfila, quien asumió el cargo en 1975 y fue reelecto en 1979, renunció en 1984 pidiendo disculpas después de una acusación de haber recibido dinero del dictador haitiano Françoise «Baby Doc» Duvalier para mejorar su imagen en el foro continental. Sin embargo, en ese entonces la OEA cobijaba a los representantes de gobiernos autoritarios y de dictaduras militares, y el incidente formó parte de una organización ya desprestigiada.

El escándalo llega en momentos en que la OEA hacía grandes esfuerzos por mejorar su imagen, lo cual "nos hizo retroceder un buen tramo" de ese camino, se lamentó un diplomático. (DPA)

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