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 sábado, 09 de octubre de 2004

El debate televisivo fue dirigido por el público mediante preguntas
Bush y Kerry mantuvieron un parejo segundo round sobre Irak y la salud
Al presidente se lo vio más agresivo y al demócrata más equilibrado. Llegaban empatados al encuentro

St. Louis. - El presidente George W. Bush y el senador demócrata John Kerry protagonizaron anoche el segundo debate con vistas a las elecciones presidenciales del 2 de noviembre. Ambos llegaron al encuentro de anoche técnicamente empatados, luego de que Kerry ganara netamente el primer debate el martes de la semana pasada. Hasta ese momento Bush ganaba cómodamente por 8%. Anoche el presidente y su contendiente se pueden haber jugado sus chances presidenciales, en un debate en el que el gran protagonista fue el público, que llevó la dirección del encuentro mediante preguntas directas a los contendientes. Bush se vio más agresivo y más seguro, en una estrategia para recuperar terreno luego de que se lo viera desconcertado en el primer debate. Kerry mantuvo un tono sereno pero con términos duros, en la esperanza de aumentar la leve ventaja que ganó en el primer torneo. Aún falta un tercer y último debate el próximo miércoles, antes del voto del 2 de noviembre.

Bush y Kerry debieron comenzar respondiendo preguntas directas de un público seleccionado por la agencia Gallup entre simpatizantes moderados de ambos candidatos. La primera fue dirigida a Kerry y se refería a su supuesto carácter indeciso. La dirigida a Bush fue aún más dura: "¿Ud cree seriamente que hizo lo correcto al invadir Irak?".

Durante la hora y media de debate, frente al público, los dos candidatos, sentados en banquetas y tomando apuntes mientras el otro hablaba, se cruzaron sobre todos los tópicos de la campaña. Irak apareció de inmediato en el cruce verbal, pese a que se había anunciado que la economía y el empleo sería el eje central.


"La gente ama a EEUU"
"La gente ama a EEUU", afirmó Bush en un momento, cuando se hablaba de la impopularidad mundial de la invasión de Irak. Kerry recordó las advertencias del alto mando anteriores a la guerra, cuando el Pentágono pedía al menos 300 mil hombres pero se enviaron menos de 150 mil, algo que ligó directamente a los saqueos y al caos que siguió a la caída de Saddam Hussein. "Hoy tendríamos miles de hombres más en Afganistán en Irak" bramó Kerry, crítico declarado de la guerra en Irak. "Estábamos más seguros antes de que Bush asumiera, ahora estamos menos seguros", castigó el demócrata.

"¿Si vamos a ser la policía del mundo, como lo haremos establecer el servicio militar?" se preguntó a Bush desde el público. Tema delicado, ya que un amago de su imposición haría perder la elección a Bush. "No vamos a tener servicio militar. Punto.", respondió tajante el presidente y delineó sus planes basados en la alta tecnología, que según su visión, evita la necesidad de tener millones de soldados. Kerry subrayó que los soldados profesionales están agotados, incluidos los de la Guardia Nacional y la Reserva.

Luego se preguntó sobre la ausencia de nuevos atentados terroristas tras el 11-S en EEUU. Kerry recordó que "este presidente" -señalando a Bush- había alertado que el asunto "no era dónde sino cuándo" ocurriría el nuevo atentado, y que "EEUU no tiene hoy mucho apoyo afuera porque la política de Bush alejó a los aliados".

De aquí Kerry saltó a los cortes fiscales de Bush, lo que afectaría al presupuesto de seguridad interna. "Triplicamos el presupuesto de seguridad" replicó Bush. "¿Como guiará la situación de Irak alguien que todo el tiempo dice que fue equivocado ir ahí?", martilló Bush en el que es uno de los puntos fuertes de su campaña: la opinión de que él es el hombre más adecuado para conducir el país mientras se deba permanecer en Irak y en la emergencia antiterrorista.

Tal vez lo más interesante de la noche fue estudiar lo que los norteamericanos llaman el "lenguaje corporal" de ambos candidatos. Semisentados a cada turno mientras el otro caminaba ante el público, siempre trataron de mostrar un difícil equilibrio entre seguridad y cortesía, la dosis justa de agresividad sin "perder la línea".

Los integrantes del público dirigían la discusión entre los dos candidatos. Dio la impresión de que Bush perdió pie momentáneamente cuando se debatía la cuestión de la salud pública y los fármacos. "Cinco millones de personas han perdido la cobertura de salud bajo este presidente", acusó Kerry.

De esta forma siguió el debate, con un Kerry muy medido y un Bush aguerrido, tal vez demasiado para algunos. Esta agresividad de Bush era previsible, luego que perdiera netamente el primer debate del martes de la semana anterior. Por esto Kerry buscó visiblemente mantener su línea de argumentación con gesto firme pero sin excesos gestuales, que sí se vieron en el presidente. Con este esquema, verbal y gestual, el debate pasó al tema ambiental, otro punto débil de Bush, visto popularmente como un aliado de las petroleras. "El presidente no ve la realidad en medio ambiente", azuzó Kerry. "Este es el gobierno con el peor historial en materia de medio ambiente", afirmó, citando el programa republicano llamado "Cielos limpios". Bush defendió su rechazo al Tratado de Kyoto.


La maderera de Bush
Hubo un silencio cuando Kerry aseguró que Bush tenía una pequeña firma maderera. "¿Yo tengo una maderera? Primera noticia", aseguró Bush, logrando una pequeña carcajada del público.

Apareció más tarde entonces el complejo tema del uso de células madres o estaminales embrionarias, acerca de si se debe autorizar su uso o no. Kerry dio su apoyo al uso de células estaminales embrionales, "como Nancy Reagan y mucha otra gente, como Michael Fox, que tiene Parkinson". Bush replicó que el uso de embriones exige la destrucción de vidas. "Debemos ser muy cuidadosos en sopesar la ética y la ciencia. Destruir vidas para salvar vidas es un dilema ético", dijo.

Anoche muchos norteamericanos indecisos pueden haberse volcado por uno u otro de los dos candidatos, en una de las campañas electorales más polarizadas que se recuerdan en EEUU.

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Kerry estudia a Bush durante un momento del debate.

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