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 sábado, 09 de octubre de 2004

Es la primera vez que una africana recibe el galardón, que comenzó a otorgarse desde 1901
Wangari Maathai, una ecologista de Kenia, logra el Nobel de la paz
Militante por los derechos humanos y el desarrollo social, es viceministra de Medio Ambiente desde 2003

La ecologista y defensora de los derechos humanos keniata Wangari Maathai ganó ayer el premio Nobel de la paz 2004 "por su contribución al desarrollo sustentable, la democracia y la paz". El Comité noruego, al anunciar el galardón, destacó la actuación de Maathai en "la lucha para promover la paz y buenas condiciones de vida en el continente, así como el desarrollo social, económico y cultural ecológicamente sustentable".

Maathai, la primera mujer africana en recibir la distinción desde que ésta se empezó a entregar en 1901, comenzó hace casi tres décadas su activismo social y es viceministra de Medio Ambiente en Kenia desde 2003.

En 1997 fundó el Movimiento del Cinturón Verde para promover la reforestación de los bosques de Kenia y de Africa Oriental y la biodiversidad, así como crear empleo y dar a la mujer un papel más importante en la sociedad.

En un país donde las mujeres fueron tradicionalmente relegadas a un segundo plano, la trayectoria de Maathai, de 64 años, es una excepción. Bióloga de formación, fue la primera mujer de Africa oriental que obtuvo un doctorado, ejerció la cátedra y dirigió un departamento en la Universidad de Nairobi.

Con un récord de 194 nominaciones, entre personas y organizaciones, el Comité debía elegir con un amplio abanico de posibilidades y las especulaciones se centraban en candidatos como el titular del Organismo Internacional de Energía Atómica (Oiea), Mohammed Al Baradei.

También se mencionaba, entre otros, al ex jefe de inspectores de armas de la ONU en Irak, Hans Blix; al ex presidente checo Vaclav Havel y al presidente brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, pero no a la activista keniata.

"Estoy absolutamente emocionada, realmente. No me esperaba esto", dijo ayer Maathai a la televisión pública noruega, que la consultó apenas fue dado a conocer el destino del galardón.

"El medio ambiente y nuestros recursos naturales son un aspecto muy importante de la paz. Si destruimos esos recursos y se vuelven escasos, lucharemos por ellos. De hecho hay muchas guerras por los recursos escasos", agregó.

Wangari Maathai inició su activismo ecológico en 1976, en el Consejo Nacional de Mujeres de Kenia, con el proyecto Harambee para salvar la tierra (el vocablo harambee, en swahili, quiere decir "actuar unidos").

Este proyecto fue rebautizado al año siguiente con el nombre de Movimiento del Cinturón Verde y desde entonces plantó millones de árboles y dio empleo a decenas de miles de personas.

En 1986, el movimiento fundó una Red Panafricana de Cinturones Verdes y organizó seminarios y programas de formación destinados a otros países africanos, como Tanzania, Uganda, Malawi, Lesotho, Etiopía y Zimbabwe.

Maathai también tiene amplio reconocimiento internacional por su defensa de la democracia, la paz, los derechos humanos y la promoción del rol de la mujer en la sociedad.

Miembro de la junta consultiva en Asuntos de Desarme del secretario general de las Naciones Unidas, recibió numerosos premios internacionales.

En una entrevista en Estados Unidos el 25 de septiembre de 2001, dos semanas después de los atentados del 11-S, dijo que ese ataque iba a cambiar "la lógica del poder en el mundo" y subrayó que como nunca era necesario luchar por preservar el planeta y la paz.


"La palabra paz sin acción no sirve"
"Pero la paz, la sola palabra no es suficiente. Es como la fe, sin una acción que respalde la creencia, sin movimiento, es una fe muerta, una paz muerta, inerte", sostuvo en el mismo reportaje.

"La conciencia de hacer y construir la paz requiere edificar puentes entre las personas y las sociedades para derrocar lo que está debajo de la guerra: el racismo, la discriminación, el colonialismo y, por supuesto, el terrorismo", declaró.

En su país, Maathai promovió campañas de denuncia de corrupción y fue varias veces a prisión en el pasado, mientras regía un régimen de partido único.

La hoy viceministra, dijo entonces, cuando era opositora y a raíz de esos arrestos: "Los gobiernos piensan que amenazándome y agrediéndome van a hacerme callar. Pero tengo piel de elefante. Y alguien tiene que hacer oír su voz".

El suyo fue el quinto Nobel anunciado esta semana: el lunes fue dado a conocer el de medicina, el martes el de física, el miércoles el de química y el jueves el de literatura, mientras que el lunes próximo lo será el de economía.

Los galardones Nobel, que incluyen una retribución monetaria equivalente a 1,36 millón de dólares, serán entregados el 10 de diciembre próximo, aniversario de la muerte de Alfred Nobel, el fabricante de armas y explosivos que sentó las bases para los premios, fallecido en 1896. (Télam)

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"Estoy emocionada, no me esperaba esto".

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