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domingo,
02 de
diciembre de
2007 |
Desalojo increíble
La policía jujeña maltrató a los hinchas leprosos durante el entretiempo
Mauricio Tallone / Ovación
Los antecedentes hablaba a las claras de una mala relación entre la hinchada de Newell’s y la del Lobo jujeño. El principal motivo, inentendible por cierto, de la bronca que se tienen es porque la barra de Gimnasia (Lobo norte y sur) forjó hace tiempo una amistad con la de Rosario Central, representada por los Pillines. Y eso en el código tribunero es suficiente argumento para invitar a la barbarie, algo que ocurrió finalmente en el estadio 23 de Agosto.
Las últimas veces que los rojinegros visitaron el norte del país se registraron corridas, enfrentamientos y agresiones de todo tipo (incluso hubo heridos) entre ambar parcialidades. Y el partido ayer estuvo lejos de ser la excepción a esta regla violenta que parecen haber escrito leprosos y jujeños.
Desde temprano se respiró un mal clima en las adyacencias del estadio. En cada cruce entre simpatizantes de ambos equipos se juraron venganza al final del cotejo. Ante este panorama amenazante los agentes policiales distribuidos para el operativo buscaron tapar todas las bocas de encuentro, pero fracasaron en el intento. Porque ni bien Juan Pablo Pompei dictó el inicio del partido comenzaron las agresiones verbales, la lluvia de piedras entre ambas hinchadas (sólo separadas por un cordón policial) y los impactos de balas de goma entre la policía y la barra jujeña. Es que la mayoría de los simpatizantes del Lobo no tuvieron mejor idea en el entretiempo que desalojar la tribuna para ir en busca de los de Newell’s, pero fueron interceptados por la policía y el resultado de esa postal no fue otro que una pelea con disparos de goma incluido.
Antes del inicio del complemento, los jugadores de Newell’s encabezados por Rolando Schiavi, Germán Ré y Justo Villar se dirigieron al sector visitante para hablar con las autoridades policiales, que a los empujones y disparando balas de goma desalojaban a los leprosos de la cancha. Mientras esto ocurría y el partido demoraba su inicio, Caruso se acercó al alambrado para pedirles a algunos leprosos que trataran de calmarse.
Lo cierto es que los hinchas leprosos fueron muy maltratados en Jujuy y el operativo falló en la prevención. Y si no sucedió algo más grave fue por pura casualidad. Hasta los jugadores de Newell’s saludaron a la tribuna al final del cotejo, que a esa altura lucía vacía.
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