Reinaldo: “Mis días están vacíos sin Adelfa”

El joven de 24 años que se casó con una mujer de 82 pasa el duelo por la muerte de su esposa

El nombre de Reinaldo Wabeke, de 24 años, comenzó a resonar en los medios de comunicación cuando anunció su matrimonio con Adelfa Volpes, de 82. La noticia, una sencilla y curiosa historia de amor, saltó desde las páginas de Diario UNO de Santa Fe y en pocos días recorrió el mundo entero. La pareja contrajo enlace el 28 de septiembre último en la capital provincial y al otro día partió a Río de Janeiro para disfrutar de su luna de miel.

   Tres semanas más tarde, la historia de amor dio un vuelco dramático. Al regresar de Brasil, Adelfa sufrió un accidente cerebro vascular. Su vida se apagó luego de un trajín que incluyó la presentación de la boda, el casamiento, notas periodísticas con las cadenas televisivas nacionales e internacionales más importantes, una intensa luna de miel y un regreso aclamado.

   A más de un mes del fallecimiento de Adelfa, Reinaldo decidió hablar. Rompió el silencio y habló de todo y de todos. Rememoró afectos y respondió agravios, y subrayó que “mis días sin Adelfa están vacíos”.

   −Después de lo que se dijo y se debatió tras la muerte de Adelfa, ¿cómo te sentís?

   −A pesar del profundo dolor que tengo en el alma sigo adelante con mi vida. En un primer momento me había deprimido mucho; me fui a vivir a la casa de una amiga y decidí alejarme de todo por unos días. Pero en el fondo yo sabía que tenía que volver a la casa, al lugar donde fuimos felices con Adelfa, para ponerme bien y seguir con fuerzas. Estoy seguro que mi gran amor me está mirando desde el cielo; siento que me pide que me ocupe de sus cinco perros, sus plantas y sus adornos”.

   Con el rostro endurecido agregó: “Sé muy bien todo lo que se dijo, tanto de lo bueno como de lo que se inventó, y por eso quise venir a hablar con Diario UNO para que todo el mundo sepa la verdad. A Adelfa siempre la quise, la respeté y lo sigo haciendo. Lo hice antes y lo hago ahora, después de su fallecimiento; hasta el último minuto de su vida ella estuvo lúcida y repitiéndome todo lo que me quería. Sé que lo que hicimos fue lo correcto, sé que cumplí todos sus deseos y que la gente la sigue recordando por su vitalidad, su sonrisa y las ganas de emprender cosas nuevas que siempre tuvo”.

   −Luego de su luna de miel en Río de Janeiro vinieron las complicaciones, la enfermedad, internación y más tarde lo que nadie quería: la muerte.

   −En Brasil ella estuvo fantástica, agradecida en todo momento a la cadena SBT que nos regaló el viaje. Es mentira que no nos hayan cuidado, que nos hicieron subir escaleras o cosas por el estilo como dijeron algunos medios porteños. Nuestros amigos brasileños fueron muy atentos. Sólo que Adelfa comenzó a sentir un dolor en el pecho y por eso nos quisimos volver por precaución. Ni bien llegamos a Santa Fe fuimos al médico y nos dijeron que era una neumonía con una insuficiencia cardíaca que más tarde le provocó el accidente cerebro vascular.

   −¿Sos consciente de que hay gente que duda de tu cariño y piensa que sos un interesado en los bienes de Adelfa?

   −Sé muy bien por qué me casé con ella, por eso nunca me interesó lo que decían los demás. Años de convivencia, de miradas, mimos y palabras de amor fueron los que desembocaron en un matrimonio que vivió diez días muy felices, fue corto pero fructífero, cumplimos el sueño de contraer un enlace civil pero lamentablemente no pudimos hacerlo ante Dios, creo que él sabrá porque no lo permitió y lo acepto. Ahora estoy feliz, en el fondo, porque sé que ella está junto a mi mamá mirándome desde el cielo.

   −La herencia fue otro de los ejes centrales de la relación. ¿Qué podés decir de eso?

   −Siempre supe que tenía propiedades, pero eso no definió mi amor hacia ella. Su familia tuvo mucho dinero y estaba bien posicionada en una época. Las cosas están claras, junto a mi abogado me presenté como heredero universal y nadie se manifestó en contra. Nadie se opuso a que yo accediera a esos bienes raíces, ni denunció que yo estaba actuando fuera de la ley. Obviamente que solicité la acreditación de ellos y sólo faltan algunos papeles burocráticos para poner en regla sus bienes.

   −¿Qué pensás hacer con todo lo que heredes?

   −En primera instancia creo que algunas de las propiedades que tiene en Santa Fe, en Rafaela y Mar del Plata las voy a vender para construir un edificio y vivir de rentas, pero son todos proyectos que están en el aire y que no sé si podré concretarlos. Por ahora vivo el presente y lo único que pretendo es recordar a mi mujer como era: alegre, simpática, amorosa y sobre todos amiga, porque ella también fue eso para mí, un sostén que me contuvo en los momentos más duros.

   −En los programas de TV salió mucha gente a contar cosas de vos. Se mencionaron fiestas negras, exceso de alcohol y en un diario hasta se habló hasta de tendencias homosexuales.

   −No sé qué provecho habrán querido sacar con todo eso. Sólo muestran lo prejuiciosos y maleducados que son. Y encima se dicen periodistas. Pero no soy rencoroso, supongo que habrán necesitado vender y por eso lo hicieron. Respecto de las cosas que inventaron sólo algunas me molestaron. Que digan que Adelfa estaba en fiestas negras es un insulto, es faltarle el respeto a una persona mayor. Lo de algunos medios fue lamentable. Manosean a personas con tal vender o de tener rating. Yo no me voy a callar nada..

   −¿Seguís teniendo propuestas de los medios para hacer entrevistas?

   −Me propusieron hacer un libro para que cuente mi vida y la de Adelfa. Lo que vivimos, lo que hicimos y cómo nació nuestro amor. También contar los viajes que hizo mi esposa por todo el mundo y cómo era ella conmigo. Además me invitaron a viajar a España para cadena TV3 y una nota con la revista Olas. Me estoy yendo la semana entrante, por lo demás escucho propuestas...

Los tiempos felices, con el casamiento y la luna de miel junto a Adelfa en Brasil.