Año CXXXVII Nº 49667
La Ciudad
Política
Información Gral
El Mundo
Opinión
La Región
Policiales
Cartas de lectores



suplementos
Ovación
Escenario
Economía
Señales
Mujer
Turismo


suplementos
ediciones anteriores
Turismo 18/11
Mujer 18/11
Economía 18/11
Señales 18/11
Educación 17/11
Estilo 10/11
Página Solidaria 17/10

contacto
servicios
Institucional

 domingo, 25 de noviembre de 2007  
En un sótano a oscuras, una noche sin luna

Alma mater del Simposio sobre Bandoleros Norteamericanos, el historiador Marcelo Gavirati es autor de Buscados en la Patagonia, una pormenorizada investigación sobre el capítulo argentino de los bandidos norteamericanos. El trabajo comenzó en 1995, cuando rescató un expediente elaborado por la Policía Fronteriza del Chubut hacia 1911 sobre las andanzas de Robert Evans y William Wilson, con múltiples alusiones a Butch Cassidy y Sundance Kid. “Andaba de mano en mano”, recuerda. Actualmente el material se preserva en la Biblioteca Agustín Álvarez de Trelew.

El primer Simposio, en 1997, nucleó a investigadores como el santacruceño Osvaldo Topcic, quien descubrió documentos en torno al asalto del Banco de Tarapacá, en Río Gallegos, y Ricardo Vallmitjana, poseedor de un extraordinario archivo fotográfico sobre la historia de San Carlos de Bariloche y la comarca. “La idea fue juntar a la gente interesada en el tema y de paso, además de la revalorización histórica de los sitios, dar un atractivo para el turismo cultural. Con la idea de que a través de la historia de los bandoleros la gente se iba a introducir en la historia de la región. Más allá de su figura, los bandidos forman parte del proceso colonizador de la provincia de Chubut”, dice Gavirati.

En ese sentido, “el trabajo sobre los bandoleros me sirvió mupara ver cómo fue el poblamiento del oeste cordillerano. Las fuentes en cuanto a expediente de tierras que busqué para Butch me permitieron determinar que en el momento en que ellos estaban en el noroeste de Chubut el 65 % de la población era de origen chileno. Había tantos norteamericanos como argentinos y después se repartían austríacos, los llamados turcos y gente de diversas nacionalidades”.

Además de los investigadores e historiadores, los Simposios tienen un plus apreciable respecto de otros eventos similares. “En estos encuentros se juntan los nietos de los bandoleros, los nietos de los policías y los nietos de las víctimas”, señala Gavirati. “Pero todo en un clima pacífico”, agrega, por las dudas.

La historia contiene todavía muchos enigmas. Pero no parece fácil resolverlos. Gavirati cita a Dan Buck para resumir la cuestión: “el día bueno del investigador es encontrar una aguja en un pajar; y el día malo, bajar a un sótano sin luz, durante una noche sin luna y buscar un gato negro que no existe”.
enviar nota por e-mail
contacto
Búsqueda avanzada Archivo


Notas Relacionadas
En el camino de los bandidos


  La Capital Copyright 2003 | Todos los derechos reservados