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domingo,
25 de
noviembre de
2007 |
Cerca del referendo, la reforma de Chávez pierde apoyo
Un 44% de los venolanos rechazaría los cambios en la Constitución. Sólo un 30% votaría a favor
Enrique Andrés Pretel / Reuters
Caracas. — A ocho días del referendo sobre la reforma constitucional que impulsa Hugo Chávez, el presidente venezolano enfrenta una importante desventaja para lograr aprobar los polémicos cambios con los que promete profundizar su revolución socialista. La última encuesta de la firma Datanálisis mostró que sobre el total del electorado, un 44,6% de los consultados rechazan las modificaciones a la Carta Magna frente a un 30,8% que las respaldan, informó ayer el diario local El Universal.
Estos datos suponen un cambio en la tendencia que arrojaban hasta el momento la mayoría de las encuestas, en las que el “sí” a la reforma superaba ligeramente al “no”, y pondrían a Chávez frente a la posibilidad de asumir su primera derrota electoral tras casi nueve años en el poder.
Al tomar en cuenta sólo a los ciudadanos que aseguraron que pasarán por las urnas —casi un 60%, según el estudio—, la diferencia se estrecha hasta un 58,7% que votarían “no” a la propuesta por un 48,9% que diría “sí”, con un 11,7% de indecisos o que prefirió no contestar.
Populismo. La reforma incluye elementos populistas con alto índice de apoyo, como la reducción de la jornada laboral y seguridad social para trabajadores informales; junto a otros muy impopulares, como la reelección continua, cambios en el articulado sobre la propiedad privada o la ampliación del poder presidencial.
En el anterior sondeo de Datanálisis, Chávez se imponía en el referendo con 10 puntos de ventaja en un escenario con una abstención ciudadana cercana al 50%.
El director de la encuestadora, Luis Vicente León, explicó que el cambio en la perspectiva se debe a que el “chavismo” moderado, que no avala la reforma pero que no quería votar en contra del presidente, ha cambiado su postura abstencionista. “La discusión entre el «sí» y el «no» entró al seno del propio chavismo. Y cuanto más se empeña Chávez en no ceder y en atacar a los que dudan, ese sentimiento se torna más irreverente”, dijo León. “Así, subió el rechazo a la reforma y bajó drásticamente la abstención. Vemos a un chavismo moderado dispuesto a votar por el «no» pese a respaldar al presidente”, agregó el analista.
Estudiantes y el general. Dos nuevos actores son la clave para explicar por qué el simpatizante de Chávez ha pasado de la abstención a rechazar activamente los cambios a la Carta Magna: las manifestaciones de estudiantes y las críticas de un ex ministro de Defensa, el general en jefe retirado Raúl Isaías Baduel. “Fue un estímulo para algunos chavistas críticos, los envalentonó para votar contra la reforma. Les demostró que gente cercana a Chávez y gente que no son traidores piensan como ellos”, dijo León.
Baduel, que calificó el plan del mandatario de “golpe de Estado”, es considerado uno de los “héroes” en el retorno al poder del presidente tras su breve derrocamiento en abril de 2002, del que Chávez acusa a Estados Unidos y a la oligarquía. Y pese a calificarlos de “hijitos de papá” y de “peones del imperialismo estadounidense”, tampoco ha logrado descalificar las protestas estudiantiles, algunas de las cuáles terminaron en violentos enfrentamientos con la policía.
Sin embargo, el encuestador afirmó que hay que analizar los resultados con “cautela y escepticismo”. Advirtió que en una campaña tan corta y con tantos elementos las tendencias son volátiles, por lo que no se puede asegurar que esos datos se vayan a materializar el 2 de diciembre en las urnas. “No se puede realizar una proyección electoral, porque en esta oportunidad el «fuerte» (Chávez) está en minoría, pero puede actuar; y tiene recursos, maquinaria electoral, buena comunicación con sus votantes y carisma”, dijo León.
Expertos habían apuntado a que el líder venezolano lograría la victoria en el referendo al endosar a la propuesta parte de su alta popularidad, superior al 60%, y desprestigiar a los que dudan o critican su reforma.
Para ello, afirman, la estrategia del militar retirado es convertir la elección en un plebiscito sobre su persona y polarizar el voto para que nadie pueda permanecer neutral en estos términos: el que vota “no”, vota contra Chávez; el que vota “no” es un traidor.
“Puedo perder”. Es por eso que Chávez advirtió ayer a sus seguidores que si su proyecto de reelección ilimitada es rechazado, tendría que dejar el poder dentro de cinco años y, en consecuencia, habría que “ir pensando” en su reemplazo. Agregó que en ese caso, al día siguiente del plebiscito tendría que entrar en profundas reflexiones y prepararse para ver quién toma el timón cuando le toque irse en 2013.
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Las protestas estudiantiles en contra del proyecto de reforma de Chávez se han vuelto habituales.
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