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domingo,
11 de
noviembre de
2007 |
La torre que perdió todos los vidrios
Entre los edificios del centro cuyos vidrios quedaron destrozados está el de la galería Sudamérica, en Córdoba 1060. La torre de los años 50 conservaba hasta ese día sus cristales originales. “Ninguna de las oficinas al sur se salvó”, cuenta Claudio Campra, administrador y uno de los perjudicados.
“Fue un desastre”, relata el hombre. “Las piedras primero golpeaban la pared, pero luego entraban a la oficina rompiendo cada vidrio de los tres ventanales. Hasta se rajaron los cristales armados (con alambre), se cachó el porcelanato del piso, se abolló el acondicionador de aire y alguna rompió mi impresora”, enumera señalando las aberturas de su oficina.
Además recuerda que tras el temporal no había luz, ni teléfono, ni salida a celulares, y se inundaron varias oficinas. Hubo que cambiar 24 vidrios del edificio a un valor de 15 mil pesos y 3 mil pesos más costó la membrana del techo. “Recién nos colocaron los cristales cuatro meses después”, dijo Campra y añadió: Desde ese día todos los que tienen oficinas al sur, ante la primera gota corremos las cortinas y los escritorios, por las dudas”.
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