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 domingo, 21 de octubre de 2007  
Día de la Madre. La historia de tres mujeres que fueron entregadas en adopción en la Casa Cuna de Santa Fe
Buscan a sus madres tras enterarse que son adoptadas
Sus pasados son casi idénticos: el mismo sitio de adopción, similar intriga por la verdad

María Laura Favarel / La Capital

Stella Maris, Nora y Mariel buscan a sus madres. Las tres se enteraron de grandes que eran adoptadas, luego de que sus padres fallecieron. Hace dos años se conectaron y rastrean datos que puedan descubrir su identidad. Siendo bebés fueron llevadas a la Casa Cuna de Santa Fe, pero vivieron siempre en Rosario. Hoy tienen varios hijos, anhelan reconstruir sus historias y se esperanzan con encontrar algún rastro en este Día de la Madre.

   No guardan rencor a sus familias adoptivas y reconocen que fueron afortunadas porque las recibieron padres “espectaculares”. Dicen que les toco vivir “culturalmente otros tiempos”, en los que se consideraba que era mejor no decirles a los hijos que habían sido adoptados. “Era un tema tabú, se creía que esos datos podían producir serios daños”, recuerdan.

Otros tiempos. “Hace 50 años, las chicas solteras que quedaban embarazadas eran un deshonor para la familia. En muchos casos las llevaban lejos para que nadie les viera la panza y luego dejaban a los bebés en la Casa Cuna”, narran reproduciendo tal vez sus propias historias.

   Hoy la realidad es distinta. “Lo mejor es ir de frente, explicarles desde chicos cómo fue su historia. La verdad”, afirmó Mariel Vega, quien además de hija adoptiva es psicóloga.

   Las tres son madres de varios hijos. Coinciden en que se enteraron hace dos años de que habían sido adoptadas. “Te cambia todo”, afirman. “De pronto te das cuenta de que no sabés ni siquiera cuándo naciste, ni dónde y que toda tu historia cambia rotundamente”, coinciden.

   Cada una se enteró de la verdad de distintas formas. Ese momento fue decisivo y la noticia disparó una ferviente búsqueda en el pasado.

   Con más dudas que certezas, le contaron a La Capital sus vidas. “Tal vez esta nota la lea mi mamá y podamos encontrarnos”, dice una de ellas. Quien sabe, en el Día de la Madre la suerte está echada.
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Mariel Vega y Stella Maris Córdoba comparten una obsesión: conocer algo sobre sus madres biológicas.

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