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domingo,
31 de
diciembre de
2006 |
[hallazgos]
Un botiquín de ensueño
"Vademecum de remedios imaginarios" es un ingenioso libro que detalla una lista de medicamentos para vencer desde los prejuicios hasta la depre de los domingos
Lisy Smiles / La Capital
Un supuesto doctor Wolfgang Hans Von Trötten, un médico e investigador demente, protegió su mayor secreto hasta con su propia vida. Pero la astucia de un grupo de agentes policiales lograron rescatar ese tesoro del búnker de ese oscuro personaje. El botín: un vademécum que podría revolucionar la industria farmacéutica. Remedios imaginarios. Ricardo Andrada logró obtener esa lista de medicamentos y ahora los ofrece en un libro que, cargado de humor, fue editado por Del Nuevo Extremo.
La Real Academia de la Lengua Española lo advierte. Un vademécum es un "libro de poco volumen y de fácil manejo para consulta inmediata de nociones e informaciones fundamentales". El creado por Andrada incluye una lista de medicamentos de gran utilidad en los tiempos que corren. Decidí-T, Refreskoco, Culpin y Arrogantex integran junto a una decena más este vademécum compuesto por extrañas drogas, presentadas en gotas, jarabes, inyectables y tabletas.
"Fueron muchas las presiones que hubo que vencer -bromea Andrada en el prólogo del libro-, enormes los obstáculos que hubo que sortear, pero la empresa ha llegado a buen puerto, y, por fin hoy, el gran público puede acceder a una de las obras más polémicas, censuradas y malditas de la literatura científica".
Andrada elige esconderse tras la personalidad de un narrador al estilo de aquellos que relatan los documentales científicos, y así cuenta la historia de Wolfgang Von Trötten.
La maravillosa lista de remedios imaginarios salió a la luz luego de una intervención de la división de Delitos Complejos de la Policía Federal, en julio de 1972. El relato incluye un obstinado médico, su sospechoso suicidio, y hasta un equipo de calígrafos que tuvieron como misión "desentrañar la letra parkinsoniana, temblequeante y epiléptica de ese viejo degenerado".
Respetando a rajatablas la gramática de producción del discurso científico, Andrada dice que diversos especialistas apuntaron que estos extraños remedios "sólo pudieron ser concebidos por «la mente de un lunático chiflado de toda chifladura»".
HIipocondríacos felices
Pero mientras la polémica continúa, este pequeño gran libro presta sus páginas a la descripción de cada uno de estos medicamentos imperdibles.
El botiquín propuesto incluye por ejemplo Antipreujuiciex, un inyectable de acción prolongada. Cada ampolla contiene: antiprejuicina, aperturetti (abridor mental), toleranciol y dialoguicina forte.
Obviamente, la acción terapéutica implica la eliminación de prejuicios a la vez que inhibe la acción de certezas preconcebidas. "Especialmente indicado para maestros, directores de escuela, abogados, jueces, periodistas, policías y gerentes de recursos humanos", entre otros, no posee contraindicaciones.
Eso sí, como efectos colaterales se advierte que puede producir cierta sensación de incomodidad ante algunos amigos que "incluso al cabo de un tiempo pueden llegar a perderse".
También figura, entre otros, Domingolina. Son gotas antidepresivas sólo utilizables para los domingos, ya que si se las ingieren otro día habrá problemas de agenda. La clave: contiene una esencia de viernedrina que produce optimismo como para eliminar la culpa de haber comido exageradamente el fin de semana o evitar caer en el encendido compulsivo del televisor, cuando el atardecer se avecina.
Estos son tan sólo algunos ejemplos de los secretos que guardaba Von Trötten y que ahora Andrada empujó a que se conozcan. Y si para Navidad Papá Noel no los descubrió, a lo mejor la llegada del Año Nuevo los avizore o aparezcan en un botiquín de ensueño de los infatigables Reyes Magos.
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