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domingo,
31 de
diciembre de
2006 |
Una muerte que causó opiniones de toda clase
La ejecución de Saddam Hussein provocó una oleada de opiniones a favor y en contra en el mundo entero. A continuación, algunas de ellas.
"No pondrá fin a la violencia en Irak, pero es un importante paso en el camino de Irak para convertirse en una democracia que pueda gobernarse, sostenerse y defenderse y ser un aliado en la guerra contra el terrorismo". George W. Bush.
"Saddam fue tratado con respeto cuando estaba vivo y después de su muerte. La ejecución de Saddam fue ciento por ciento iraquí y el gobierno estadounidense no interfirió". Consejero de Seguridad Nacional de Irak, Mouwafak al-Rubaie.
"Una ejecución siempre es una noticia trágica, una razón de tristeza, incluso en el caso de una persona que es culpable de graves crímenes". Federico Lombardi, vocero de la Santa Sede
Se castiga "un crimen con otro crimen. La pena de muerte no es una muerte natural. Y nadie puede dar muerte, ni siquiera un Estado". Cardenal Renato Martino, prelado del Papa para asuntos de justicia.
"En mi opinión la muerte de Saddam no resuelve el problema de Irak. No sé si el juicio fue un juzgamiento o fue una venganza". Presidente de Brasil, Lula da Silva.
"La prueba del compromiso de un gobierno con los derechos humanos se mide por la forma en que trata a sus peores ofensores. La historia juzgará duramente estas acciones", Richard Dicker, del grupo Human Rights Watch International.
"Saddam esta pagando el precio del asesinato de decenas de miles de iraquíes. Este es un sentimiento de felicidad sin precedentes, nada lo iguala, ni festivales, ni matrimonios ni nacimientos". Abu Sinan, residente de Ciudad Sadr, el barrio shiíta de Bagdag.
"La ejecución de Saddam Hussein puede conducir a un mayor agravamiento del ambiente político-militar en Irak y a un aumento en la tensión étnica y religiosa". Vocero de la cancillería de Rusia, Mijail Kamynin.
"Este es un veredicto injusto. El seguirá siendo un símbolo y nadie puede borrarlo, ni el gobierno iraquí ni los americanos". Muhssin Ali Mohammed, de Tikrit, ciudad natal de Saddam.
"Saddam fue un tirano brutal y un dictador asesino. Ahora llegó el momento para que las personas de Irak trabajen en la reconciliación de sus diferencias y sanen las heridas del pasado. Sólo ese proceso pondrá fin a la violencia que ha evitado que Irak avance". Senador demócrata estadounidense Edward M. Kennedy, opositor a la invasión de Irak.
Saddam "tuvo su última oración, su última comida. Supongo que también pudo hablar con su familia. Eso fue algo que mi marido no puedo hacer, ni miles de otros soldados". Stephanie Dostie, viuda del sargento Shawn Christopher Dostie, quien murió el año pasado en una explosión.
"Dados los crimenes atribuidos a Saddam, será injusto si no se lleva a George W. Bush a un tribunal internacional. Saddam fue ejecutado por matar a 148 personas, musulmanes shiítas, mientras Bush es responsable por la muerte de unos 600.000 iraquíes desde la invasión de marzo de 2003". Al Anshori, del grupo extremista islámico sunita Majelis Mujahidin, de Indonesia.
"No es una gran día para la democracia ni para los demócratas. La barbarie tiene que ser enfrentada por otros medios distintos a la barbarie." Louis Michel, comisario de la Unión Europea para la ayuda humanitaria.
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